astún
© DesconocidoEl valle de Astún
La historia que hoy recordamos en el blog nos obliga a dar un pequeño salto en el tiempo. Pequeño porque nos trasladamos a finales de mayo de 2007, una fecha muy próxima a nosotros...

Aprovechando que hacía buen tiempo, Carlos S. Ollés - el protagonista del relato - decidió realizar una excursión al Pirineo oscense acompañado de sus dos hijas. Por la tarde, cuando caminaban hacia el coche después de haber subido a las pistas de esquí de Astún, su hija mayor reparó en una huella al lado del camino que le llamó la atención. El pequeño grupo se acercó y pudieron comprobar que el rastro parecía la marca de un pie descalzo, aunque de un tamaño enorme, y con el dedo pulgar muy desproporcionado.

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© DesconocidoCarlos S. Ollés
No era la primera vez que Carlos se topaba con el misterio en forma de huella. Hacia 1992, justo en la vertiente opuesta de la misma montaña, se encontraba con un grupo de amigos en el valle del Canal Roya. Se dirigían a la cumbre del pico La Raca por una senda cuando descubrió unas extrañas huellas sobre la nieve. Según sus palabras, «eran más grandes y hondas de lo normal y también se dibujaba sobre todo el dedo gordo». Del mismo modo, le llamó la atención «la distancia entre pasos que con la inclinación del terreno se hacían un tanto imposibles de seguir».

¿Qué criatura podía haber dejado ese inusual rastro en -al menos - dos ocasiones y separadas por unos 10 kilómetros de distancia? ¿ Un homínido desconocido que habita en esa zona de los Pirineos ? ¿ Un excursionista con ganas de gastar una broma ?