Traducido por el equipo de SOTT.net en español

John Bolton es el Asesor de Seguridad Nacional saliente del Presidente Trump. Trump dice que despidió a Bolton, Bolton dice que se ofreció a renunciar primero. Ambos sugirieron que la salida se debió a desacuerdos sobre la política exterior, lo que los informes independientes parecen confirmar.
democrats pelosi
Personalmente, no me importa. No me importa si Trump despidió a Bolton por una discusión sobre qué personajes de Barrio Sésamo ganarían en una pelea de boxeo sin guantes. No me importa si Bolton fue expulsado de la Casa Blanca por una fuerte ráfaga de viento. Tratar de resolver los detalles del drama en una administración llena de sociópatas mentirosos es siempre un ejercicio inútil, y en este caso es aún más inútil, porque todo lo que importa es que John Bolton ya no está. Esto es algo intrínsecamente bueno, por sí mismo, independientemente de los acontecimientos que lo llevaron a ello.

Trump dice que va a nombrar un nuevo Asesor de Seguridad Nacional la próxima semana, y la buena noticia es que es literalmente imposible que quienquiera que elija sea peor que John Bolton. Puede que no sean mejores, pero no hay forma de que puedan ser un monstruo psicópata más sanguinario que su predecesor, porque Bolton es sin exageraciones lo peor que se puede hacer en términos de pura campaña para iniciar la Tercera Guerra Mundial. En este momento, el sustituto de Bolton es un demonio neoconservador llamado Charles Kupperman, a quien el analista Jeffrey Kaye describe como "un islamofóbico neandertal reaganista, una criatura de la industria de la defensa y un estrecho colaborador del propio Bolton", y hay rumores de que otro vil aliado neoconservador de Bolton, el exanalista de la CIA Fred Fleitz, se encuentra entre los mejores candidatos posibles. Así que no podemos estar seguros de que el sustituto de Bolton será mejor, pero sí podemos estar absolutamente seguros de que no será peor.


Comentario: No contemos con eso. Siempre pueden ser peores.


Es indiscutiblemente positivo que el exdirector del PNAC, que es tan psicópata que una vez amenazó con asesinar a los hijos de un funcionario de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) por obstaculizar sus intentos de organizar la invasión de Irak, ya no se encuentre en la posición de asesor de política exterior de mayor poder en el planeta Tierra. Esto es clara y obviamente algo intrínsecamente beneficioso para toda la humanidad. Así que, por supuesto, los líderes del Partido Demócrata se oponen a ello.


"La repentina salida de John Bolton es un símbolo del desorden que ha inquietado a nuestros aliados desde el primer día de la Administración Trump", dijo en Twitter la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. "Un liderazgo firme y una política exterior estratégica son la clave para garantizar la seguridad nacional de Estados Unidos."

"La acción de hoy de @RealDonaldTrump es sólo el último ejemplo de su caótico enfoque de gobierno y su política de seguridad nacional sin timón," tuiteó el Líder de la Minoría del Senado, Chuck Schumer. "Cuando las opiniones extremas del embajador Bolton no son suficientes, los EE.UU. se dirigen a tiempos aún más caóticos."

"Estoy legítimamente conmovido por la grave inestabilidad de la política exterior estadounidense de hoy", dijo en Twitter el senador demócrata Chris Murphy. "No soy fan de Bolton, pero el mundo se está desmoronando, y la puerta giratoria del liderazgo estadounidense está desapareciendo del mundo justo en el momento en el que más se necesita una mano estable estadounidense".

Estos comentarios de "No soy fan de Bolton, pero..." están hoy en todas las cuentas de los tuiteros centristas, mostrando cómo la maquinaria de propaganda de los medios masivos ha hecho que la sed de sangre de Bolton se vuelva un fenómeno demencial. Ellos están siendo saludados con entusiasmo por propagandistas neoconservadores como Max Boot, que acaba de publicar un artículo para The Washington Post titulado "John Bolton era malo. Su partida podría ser peor", así como los comediantes de la propaganda imperialistas de The Daily Show.


Traducción de los tuits:
The Daily Show: "Imagina que te despiden por el consejo 'No hagas una fiesta del 11 de septiembre para los talibanes'."
Daniel Larison: "Imagina estar del lado de John Bolton en una discusión por cualquier razón."
No me voy a entusiasmar y aceptar la idea popular en este momento de que la eliminación de Bolton marca un punto de inflexión para la ya empapada en sangre administración de Trump. Su ausencia no va a devolver la vida a las decenas de miles de venezolanos que han sido asesinados por las sanciones de la administración Trump, ni tampoco es probable que tenga ningún impacto en las promesas de este presidente de retirar al ejército estadounidense de Siria y Afganistán, que se desmoronan de manera constante. Pero no es posible que esto empeore las cosas, y podría, tal vez, quizás, hacer que las cosas mejoren un poco.

La clase política/mediática, que se asusta cada vez que este presidente apoya de boquilla la posibilidad de reducir el intervencionismo extranjero y que le abraza cada vez que avanza en este intervencionismo, se oponen, por supuesto, a la abrupta salida del belicista más virulento en Washington, DC; la guerra de siempre ha sido tan normalizada que cualquier movimiento para frenarla es siempre retratado por los creadores de la narrativa como anormal y descabellado. Su respuesta a la destitución de Bolton te dice todo lo que necesitas saber sobre lo que estos llamados "centristas" son realmente: extremistas violentos cuya ideología amenaza a todo nuestro mundo.
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