La expansión del coronavirus ha vuelto a poner la mirada sobre los murciélagos y su capacidad para propagar virus. Un nuevo estudio científico avanzó en comprobar cómo estos mamíferos alados logran sobrevivir a los virus y, al mismo tiempo, fortalecerlos de forma letal para las demás especies.
Bat murcielago
© CC0 / Pixabay
Los murciélagos no suelen ser criaturas muy queridas por los seres humanos. Mucho menos cuando la ciencia los señala como los impulsores de varios de los virus más letales que han afectado a la Humanidad, tales como el SARS, el MERS, el Ébola o el coronavirus 2019-nCoV, además de la rabia. En efecto, los murciélagos parecen ser la especie apropiada para diseminar varios de los virus más peligrosos. Pero ¿por qué?

Un estudio de la Universidad de California Berkeley encontró que la explicación a la relación entre los murciélagos y los virus radica en el potente sistema inmunitario de estos mamíferos voladores. Es decir, la respuesta inmunológica de los murciélagos les permite resistir sin enfermarse pero al mismo tiempo hace que el virus se reproduzca más rápido y fuerte.

Los investigadores comprobaron que los murciélagos tienen sistemas inmunológicos permanentemente preparados para enfrentar los virus. Sin embargo, la efectiva defensa del murciélago obliga al virus a volverse más fuerte y desplegarse de forma más rápida para intentar vencer al sistema inmunológico.

Si bien no logra afectar al murciélago, el virus fortalecido se vuelve mucho más peligroso para otras especies a las que pueda expandirse en el futuro, con sistemas inmunológicos mucho más débiles que los de los murciélagos.

Cara Brook, una de las autoras de la investigación, explicó que "algunos murciélagos son capaces de desarrollar una respuesta antiviral robusta pero también la balancean con una respuesta antiinflamatoria". Esa capacidad es crucial, señaló la científica, dado que si un humano quisiera responder de la misma forma "nuestro sistema inmunológico generaría una inflamación generalizada".

Una de las revelaciones del estudio es que la capacidad de contagiar virus de los murciélagos se intensifica con el estrés provocado, por ejemplo, por alteraciones en su hábitat. Cuando están estresados, la presencia del virus en su saliva, orina y heces se vuelve mayor, aumentando la posibilidad de que el virus pase a otros animales.

"El incremento de las amenazas al ambiente de los murciélagos puede aumentar el riesgo de zoonosis", advirtió Brook.

Mike Boots, otro de los investigadores de Berkeley, apuntó que los murciélagos son "potencialmente especiales a la hora de alojar virus". Por ese motivo, remarcó que "no es casualidad que muchos virus provengan de murciélagos", a pesar de que su contacto con los humanos no es tan habitual.