Más de 8.000 inmigrantes han llegado en patera al archipiélago hasta el 15 de octubre: una situación límite.
Las llegadas en patera se multiplican por 7 en Canarias, España, en plena propaganda de pandemia
© ReutersLos equipos de Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes llegados en patera a Maspalomas
La situación migratoria en las Islas Canarias está desbocada. Las pateras no dejan de llegar a las costas del archipiélago mientras las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, junto con las entidades de auxilio social, intentan responder como pueden al aluvión de inmigrantes en situación irregular que deben ser atendidos una vez que desembarcan en tierra. Los datos oficiales exponen, además, la gravedad de la situación: en comparación con el año pasado, las llegadas ilegales se han multiplicado por siete sólo en estas islas.

Según el balance que ofrece el Ministerio del Interior sobre inmigración irregular cada quince días, a mitad de mes -el último balance oficial- ya se había registrado la llegada de 8.102 sin papeles por vía marítima. El dato contrasta con el del año pasado a estas alturas, cuando únicamente se tenía reseñada la entrada en patera de 1.028 personas. El aumento es del 688,1 por ciento en virtud de los balances de Interior.

Otro factor que ha contribuido a este aumento es el del tipo de pateras que llegan. En estos meses han arribado más pateras pero también más grandes y cargadas. En virtud de los mismos datos de Interior, hasta el 15 de octubre se han contabilizado 306 pateras por las 73 del año pasado a estas alturas. Este incremento supone un repunte del 319 por ciento, menor que el registrado en el número total de inmigrantes sin documentación, lo que implica a la fuerza que las embarcaciones vayan más cargadas.

Impulsado en buena medida por lo que está ocurriendo en Canarias, junto con la reactivación de la ruta argelina tras el primer estado de alarma, a nivel nacional se percibe un repunte migratorio que se inició en los meses de verano y que está dando lugar a un otoño bastante intenso en los puertos de Canarias, Almería o Murcia. Es inusual que con la bajada de temperaturas sigan llegando las pateras a este ritmo, lo que complica la atención de los inmigrantes.

Como ocurre en Canarias, todos aquellos náufragos que llegan indocumentados deben ser identificados y, en plena pandemia, también es necesario que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad comprueben si están o no infectados por coronavirus antes de que las ONG se hagan cargo de ellos. Sin embargo, las 72 primeras horas en tierra deben estar custodiados y el aluvión de pateras está obligando incluso a, como denunciaron las principales asociaciones y sindicatos de Guardia Civil y Policía, utilizar los calabozos como lugar de estancia pese a que estas personas no han cometido delitos y, por ende, no deberían permanecer en este tipo de dependencias policiales.

En menor medida

Las cifras totales de inmigración ilegal a nivel nacional, pese al impulso que se está viviendo tras el estado de alarma no alcanzan cotas tan elevadas como en Canarias. Se percibe un aumento que arrancó tras el fin del primer estado de alarma, pero las cifras absolutas son similares a las del año pasado. Por vía marítima se constata un aumento del 5,6 por ciento con respecto a los datos del año precedente -20.742 personas por 19.636-. Mientras tanto, la cifra total de inmigrantes llegados a España en el presente ejercicio por cualquier vía -terrestre o marítima- es un 8,2 por ciento menor que el año pasado.

La diferencia, vista la situación de Canarias o la reactivación de la vía de Argelia, se sostiene en la reducción observada en las entradas irregulares acaecidas en las fronteras terrestres, donde influye de forma decisiva el cerrojazo impulsado por Marruecos en el mes de marzo.