El objeto en cuestión, bautizado Oumuamua por los astrónomos, se adentró en el plano orbital de nuestro sistema solar el 6 de septiembre de 2017. Siguió desplazándose hasta que, cerca de un mes más tarde, pasara junto a la Tierra antes de moverse rápidamente hacia la constelación de Pegaso y "la oscuridad más allá", detalló Loeb en su libro Extraterrestre: la humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra, que se lanzará en las próximas semanas.
El objeto fue detectado por primera vez por un observatorio en Hawái, en donde se encuentra el Pan-STARRS, el telescopio de mayor definición de nuestro planeta. Si bien no fue posible registrar fotos nítidas de Oumuamua, los astrónomos pudieron seguir el objeto durante 11 días, recolectando otros datos reveladores acerca de él, detalló The New York Post.
En un primer momento, los científicos pensaron que se trataba de un simple cometa, pero Loeb está seguro de que, en realidad, el misterioso objeto es alguna tecnología descartada por una civilización alienígena inteligente.
Loeb basa su teoría en algunas propiedades inusuales del objeto, siendo la primera de ellas su forma, la cual los científicos creen ser similar a la de un cigarro. Ningún cuerpo espacial de origen natural del que se tiene conocimiento tiene esta forma.
Además, el "Oumuamua era inusualmente brillante". Según Loeb, era al menos "diez veces más reflectante que los típicos asteroides o cometas [pedregosos] del sistema solar". El académico comparó la superficie del objeto con la de un metal brillante.
Pero la anomalía que realmente le hizo a Loeb creer en el origen alienígena del objeto es la forma en que se movió por nuestro sistema solar. Debido a la fuerza gravitacional ejercida por el sol, los científicos son capaces de calcular la ruta exacta que debe seguir un objeto, así como la velocidad a la que debe desplazarse. Oumuamua, sin embargo, no siguió la trayectoria prevista por los especialistas.
Es decir, es como si el objeto estuviera siendo propulsado por una fuerza además de la gravedad del astro rey. Si bien los cometas muestran una aceleración similar al acercarse al sol, los procesos conocidos para que esto ocurra no se lograron detectar en el Oumuamua.
Al analizar los datos, Loeb y un colega plantearon la hipótesis de que el objeto, en realidad, no tenía la forma de un cigarro, sino posiblemente la de un disco de menos de un milímetro de espesor, con proporciones parecidas a las velas. Esto explicaría su inusual aceleración al alejarse del sol.
El profesor de la prestigiosa universidad sugiere que Oumuamua podría ser "basura espacial" alienígena. El científico cree que, en algún momento, el objeto fue utilizado por una civilización extraterrestre como una especie de boya de navegación espacial.
Loeb reconoce que sus teorías han sorprendido a los astrónomos y que muchos se mantienen escépticos acerca de ellas. El académico, sin embargo, sigue firme en su creencia de que Oumuamua es un objeto de origen extraterrestre.
"Algunas personas no quieren discutir la posibilidad de que existan otras civilizaciones. Creen que somos especiales y únicos. Creo que es un prejuicio que debería abandonarse", afirmó al medio.El libro de Loeb se lanzará en Estados Unidos el próximo 26 de enero. Se espera que la versión en español de su obra llegue a las tiendas ya en la primera semana de febrero.
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