Mucha gente que conozco en la comunidad de DI (diseño inteligente) está muy interesada en repensar la mutación, entendiéndola como un proceso diseñado o regulado. Se sentirán alentados por un nuevo artículo de acceso abierto en Nature, relativo a las características de las mutaciones en una especie vegetal ampliamente estudiada. Véase: "El sesgo de las mutaciones refleja la selección natural en Arabidopsis thaliana."
Para considerar las implicaciones del artículo, un lugar fácil para empezar es una noticia de Science Daily, "Un estudio cuestiona la teoría evolutiva de que las mutaciones del ADN son aleatorias" . Párrafos como éste me hacen sonreír, en esta fría tarde de enero en Chicago (énfasis mío):
"Siempre hemos pensado que la mutación es básicamente al azar en todo el genoma", dijo Grey Monroe, profesor asistente del Departamento de Ciencias Vegetales de la UC Davis y autor principal del artículo. "Resulta que la mutación es muy poco al azar y lo es de un modo que beneficia a la planta. Es una forma totalmente nueva de pensar en la mutación".Esta afirmación de Monroe es tan poco darwiniana como puede serlo un biólogo. No estoy diciendo que él mismo o sus coautores no sean darwinistas: ¿quién sabe? Tampoco se debería responsabilizar a Monroe de la forma en que un lector interesado en el diseño como yo reflexione sobre su artículo. Pero no hay duda de que decir, sobre la mutación, que "no es al azar de una manera que beneficia a la planta", se aleja radicalmente de la teoría evolutiva de los libros de texto.
Muchos biólogos del diseño inteligente (DI) también harían bien en tomar nota, ya que han tendido a adoptar el principio neodarwiniano de la mutación como algo "aleatorio". El hecho de que uno abogue por el diseño inteligente NO significa que se haya sacudido efectivamente los efectos de años de educación en una teoría fundamentalmente defectuosa. Por cierto, aplico este dictamen a mi propio pensamiento, en la medida en que puedo.
"O, reformarlo en su totalidad" dijo Hamlet a los jugadores.
Comentario: Su pequeño tamaño, su rápido crecimiento y su genoma relativamente sencillo hacen de Arabidopsis una de las herramientas más poderosas de las que disponen los científicos de plantas. Es el equivalente del ratón en el mundo de la investigación vegetal.