La diputada opositora alemana Sahra Wagenknecht advirtió que las nuevas medidas de ayuda del Gobierno de Olaf Scholz no ayudarán a la población a hacer frente al incremento explosivo de los precios de los alimentos, el abastecimiento de agua, la electricidad y los combustibles.
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"Ese paquete de ayuda no librará a la población de los gastos adicionales. Según los estudios serios, la factura de la calefacción y el agua caliente para una vivienda unifamiliar podría subir hasta 12.000 euros anuales, para un apartamento común sería más de 5.000 euros. ¿Quién va a pagar eso? (...) Las facturas de gas son explosivas, como el precio del combustible, la electricidad y los alimentos", dijo la legisladora a la edición local t-online.

El canciller federal Olaf Scholz anunció que los tres partidos de la coalición oficialista acordaron una ayuda de 65.000 millones de euros(64.895 millones de dólares) a la población para mitigar el encarecimiento de la electricidad y el gas.

Alemania vive una crisis económica por el aumento en flecha del gas y la electricidad debido, en parte, a las limitaciones impuestas al gas procedente de Rusia.

Wagenknecht subrayó que las sanciones económicas que la Unión Europea impuso a Rusia "afectan mayormente a la propia Europa y, en particular, a Alemania, mientras que la empresa rusa Gazprom obtiene ganancias récord".

La diputada opositora señaló que el Gobierno de Scholz no hace nada para mitigar la crisis, al revés agregó una tasa por el gas.

"Los alemanes necesitan protegerse de esa ignorancia social", puntualizó, llamando a las protestas contra la política de Scholz.


El 21 de julio, Annalena Baerbock, la ministra de Exteriores de Scholz, afirmó que el Gobierno temía sublevaciones sociales debido al encarecimiento del gas.

El alivio para Alemania puede llegar por el nuevo gasoducto Nord Stream 2, construido por un grupo de importantes empresas energéticas europeas, entre ellas la compañía rusa Gazprom, y listo para operar desde octubre de 2021.

La infraestructura, que conecta a Rusia y Alemania por el fondo del mar Báltico eludiendo la problemática Ucrania, continúa bloqueada por el Gobierno de Scholz desde febrero de este año debido a sus pugnas geopolíticas con Moscú.