Traducido por el equipo de SOTT.net

Notas de una cándida sesión con el antibelicista primer ministro húngaro, quien advierte que este conflicto podría fácilmente empeorar mucho más.
viktor orban
El primer ministro húngaro Viktor Orban (d)
Ha vuelto a ocurrir. Esta tarde fue la tercera vez que participé en una sesión en grupo reducido con el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Les dije a los periodistas y editores invitados que se iban a quedar alucinados con este tipo, porque no se van a creer lo diferente que es de cómo lo pintan los medios de comunicación occidentales. Es agudo, divertido, brillante y totalmente seguro de sí mismo. No está rodeado de ayudantes de prensa y no cuida sus palabras hasta el punto de no decir más que palabrería. Es realmente interesante. Como le dije a las personas con las que hablé antes, en la conferencia, que fueron invitadas a reunirse más tarde con el primer ministro: "No os vais a creer que un líder mundial sea realmente así".

Como de costumbre, después del acto, estaban atónitos. Orban pasó dos horas con nosotros, respondiendo a todas las preguntas -incluso a las especialmente duras de un periodista polaco- y estaba claro que le encantaba. Nunca conocí personalmente a Bill Clinton, pero lo que leí sobre su talento natural para la política -- es como mínimo igual de cierto en el caso de Viktor Orban. El año pasado, estaba hablando con un político del Fidesz sobre el primer ministro, y me dijo que no hay otro político en este país que pueda pasar de elaborar estrategias al más alto nivel a hablar con la gente del campo en un mercado agrícola, y ser totalmente auténtico en ambos lugares. Me lo creo. Si él apareciera más en la televisión en Estados Unidos, la visión que la gente tiene de Hungría sería totalmente distinta.

Es un político natural. Hacia el final de nuestra sesión de dos horas, mencionó que hoy es jueves, un día que siempre reserva para la lectura personal. Un periodista le preguntó qué estaba leyendo. Mencionó un par de libros, uno de ellos una traducción al húngaro de una biografía de Joe Biden. Dijo que quería aprender algo sobre el presidente estadounidense. Añadió que Biden no es su líder político favorito, pero que realmente admira su tenacidad política, especialmente la forma en que Biden luchó tras la muerte de su primera esposa en un accidente de coche. Estaba claro que Orban hablaba en serio. Era como un viejo general mostrando su admiración por alguien del otro bando, simplemente porque encontraba algo admirable en el carácter de ese hombre. Sólo alguien que ha estado dentro de la política durante mucho tiempo podría hacer ese tipo de juicio.

El primer ministro pasó dos horas con unos quince de nosotros. Entre los estadounidenses presentes estaban Sohrab Ahmari, Gladden Pappin, Mario Fantini, redactor de European Conservative, y Zack Christenson, redactor de Spectator US. Orban respondió a todas las preguntas que le hicimos, y probablemente se habría extendido más si no hubiéramos tenido que ir a una cena de la conferencia. Nunca he visto a un político que ame tan visceralmente lo que hace. Orban fue tan sincero que pregunté varias veces a un ayudante si esto había quedado realmente registrado. Sólo en dos o tres ocasiones dejó de hablar de forma oficial, y sólo para ofrecer breves juicios sobre ciertos personajes públicos.

Las grandes preguntas se referían a la guerra entre Rusia y Ucrania. Orban es una cabra en medio de las ovejas de la OTAN. Prácticamente desde el principio ha presionado para conseguir un alto al fuego y una solución pacífica -- no por un especial afecto a los rusos, sino por su preocupación por el destino de Hungría y de Europa. Se le ha tachado falsamente de cómplice de Putin, pero parece que realmente le importa un bledo.

Orban dijo que Occidente tiene que entender que Putin no puede permitirse perder, y no perderá, porque se presenta a la reelección el año que viene, y no puede presentarse como el presidente que perdió una guerra. Es más, dijo, Rusia no puede permitir que la OTAN establezca una presencia en Ucrania. Hace tiempo que pasó el momento en que Rusia podría haber sido capaz de conquistar Ucrania, o instalar un régimen amigo. Si Rusia hubiera obtenido una victoria rápida, eso habría sido posible, pero ahora ya no hay esperanzas. Por lo tanto, dijo Orban, el objetivo de Rusia es hacer de Ucrania una ruina ingobernable, para que Occidente no pueda reclamarla como premio. Esto ya lo han conseguido. "Ahora es Afganistán", dijo. "Tierra de Nadie".

Occidente no entiende que en Ucrania, el tiempo está de parte de Rusia. Rusia es un país enorme y puede movilizar un vasto ejército. Ucrania ya se está quedando sin tropas. Cuando eso ocurra, ¿entonces qué?

"Estamos en un gran, gran problema", dijo, refiriéndose a Occidente. Si la venidera ofensiva de primavera de Rusia resulta un éxito, entonces los países de la OTAN se enfrentarán a la pregunta de ¿enviamos soldados a luchar por Ucrania? Esto no es algo que Orban piense que el pueblo estadounidense esté considerando, pero sí está en la mente de un número creciente de europeos, cuyos países pueden quedar devastados si la guerra se extiende.

¿De verdad? ¿Tropas de la OTAN luchando contra los rusos en Ucrania?

Sí, dijo Orban. Hoy parece una locura, "pero si se observa la tendencia de cómo hemos llegado a este punto hoy, no se puede descartar."

Occidente está "en guerra con Rusia. Esa es la realidad", dijo. "Cada día nos adentramos más en ella".

Para añadir claridad a lo que ya estaba claro en el contexto de su argumento, Viktor Orban no quiere que Occidente esté en guerra con Rusia. Aboga por la paz, y lo ha hecho desde el principio, diciendo que nadie gana con esta guerra. Pero dice que demasiados occidentales se engañan a sí mismos sobre lo que está ocurriendo realmente -- y sobre lo que podría ocurrir. Occidente puede pensar que no está en guerra con Rusia, pero al enviar cada vez más armas y acercarse a una real intervención de tropas, los líderes occidentales están jugando un juego extremadamente peligroso consigo mismos, con Rusia y con los ciudadanos occidentales. Un periodista preguntó al primer ministro si creía que la guerra podría llegar a ser nuclear. "No puedo excluir que la utilizarían", dijo, refiriéndose a la bomba atómica. Aclaró que se refería a armas nucleares tácticas en el campo de batalla, no a nubes en forma de hongo sobre Varsovia y Berlín, "pero tampoco puedo excluir eso". Si de algún modo Ucrania, utilizando armas occidentales, llega al punto de cruzar la frontera del territorio ruso, entonces el futuro del mundo será tan brillante que Occidente tendrá que llevar gafas de sol.

Alguien señaló que los rusos han tenido una actuación lamentable en el campo de batalla hasta este punto. Sí, dijo Orban, es cierto. Pero si nos fijamos en la historia rusa, así es como sucede con los rusos en la guerra. Empiezan mal, pero después de un tiempo, se dan cuenta de las cosas, y entonces se vuelven difíciles de parar. Prevé que así será esta vez. También mencionó al comienzo de la sesión que el hecho de que Rusia se vea empujada a una alianza con Irán es extremadamente peligroso para Israel, y expresó su esperanza de que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, cuyo hijo adulto estaba sentado a la mesa, pueda convertirse en un pacificador entre Rusia y Ucrania. Aunque Ucrania ha tenido algunos éxitos sorprendentes contra Rusia, Orban dijo que, a largo plazo, no ve que en Occidente estemos en el bando ganador, sobre todo teniendo en cuenta la capacidad de manufactura de Rusia.

Orban habló de ser el único disidente entre los 27 líderes de la Unión Europea en la política de guerra contra Ucrania. Dijo que es muy frustrante, porque sus colegas en el liderazgo no quieren debatir la sensatez de esta guerra. ¿Por qué?

"No saben quiénes son", dijo sin rodeos.

Explicó que si se les pidiera que se definieran a sí mismos en relación con la guerra, dirían: "Soy el líder de un país que está en el lado correcto de la historia". Esa convicción, y la fuerte presión de Washington, así como "el miedo a los medios de comunicación liberales", es lo que motiva su pensamiento -- no la consideración de lo que más conviene a sus propios países. Orban dijo que considera que su papel como líder electo de Hungría es ayudar a su pueblo a afrontar los retos actuales y prepararlo para los retos del mañana. "Pero yo sería el único que entiende [el cargo] de esa manera", dijo.

Orban dijo que el presidente francés Emmanuel Macron es el único otro líder europeo que piensa de forma visionaria. Dijo que si él (Orban) propusiera que Europa necesita volver a sus raíces cristianas para poder hacer frente a los problemas que se avecinan, Macron no estaría de acuerdo y propondría una estrategia ideológica liberal. A todos los demás líderes europeos, todo el asunto les parecería estúpido.

(Verán, esta es una de las razones por las que sigo frustrado con la cobertura mediática occidental de Orban. Incluso si no soportas su política, el hombre es profundo. Piensa mucho en estas cosas, a nivel de grandes estrategias y principios).

Orban hizo un comentario agudo y punzante sobre los alemanes en la guerra actual: "Los alemanes están sufriendo porque saben qué es lo que les interesa a nivel nacional, pero no son capaces de decirlo". Se refería a que los dirigentes alemanes saben que no tienen nada que hacer en una guerra con Rusia, pero, por las razones que sean, son incapaces de decir que no a Washington.

Alguien planteó la posibilidad de un golpe de Estado en Rusia que destituyera a Putin. Orban reaccionó enérgicamente, diciendo que no hay nadie en la línea para suceder a Putin que no sea más belicista. Eso no solucionaría nada.

Uno de los momentos más interesantes de la velada fue cuando uno de los europeos presentes preguntó al primer ministro por la fuerte división entre Hungría y el gobierno de la Unión Europea. El primer ministro reconoció rotundamente que existe una gran distancia entre Budapest y Bruselas, y que el abismo es cada vez mayor. ¿Por qué? Orban dijo que tiene que ver con una diferencia fundamental entre sus ideas antagónicas de lo que es un ser humano y, según dio a entender, de para qué sirve la sociedad.

Por eso están tan desencaminados en cuanto a la ideología de género. Y tomemos la inmigración, por ejemplo. Dijo que la mayoría de los países de la UE se plantean la pregunta: "¿Cómo podemos coexistir con una gran minoría inmigrante musulmana?".

Orban: "¿Cuál es el reto para Hungría? No tener que plantearse la cuestión de la coexistencia". Dijo que Hungría tiene ahora cero inmigración islámica, y que quiere que siga así. Naturalmente, los liberales de la UE lo considerarán intolerante. Pero Hungría no tiene que lidiar con las bendiciones de la diversidad que España está enfrentando hoy:
La policía española allanó el jueves el domicilio de un joven marroquí detenido por los ataques con machete en dos iglesias católicas la noche anterior, que dejaron un eclesiástico muerto y un sacerdote herido en la ciudad meridional de Algeciras.

Una investigación policial dirigida por un juez de la Audiencia Nacional considera la violencia del miércoles como un posible acto de terrorismo. Se cree que el sospechoso actuó solo.

"La investigación sigue su curso bajo la premisa lógica de que podría tratarse de un caso de terrorismo, pero estamos en la fase inicial y todas las posibilidades están abiertas", declaró el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, después de que la policía finalizara el registro del domicilio del sospechoso.

El sospechoso es un ciudadano marroquí sin antecedentes penales "ni en España ni en ningún otro país", dijo el ministerio del Interior. No estaba "en el radar" de las autoridades por posibles actividades radicales, añadió Grande-Marlaska.

Las autoridades lo identificaron como Yassine Kanjaa, de 25 años, según dijo a The Associated Press un funcionario de la Policía Nacional española con conocimiento directo del caso, bajo condición de anonimato por imperativo de la política policial.
Orban dijo que, personalmente, le resulta doloroso tener a Hungría en la UE, sometida a su acoso, pero no hay duda de que Hungría permanecerá en la UE, porque su prosperidad económica depende de ello. Aun así, es difícil soportar el acoso de los dirigentes de la UE. Lo que Orban quiere decir es que, por muy difícil que sea personalmente tener que lidiar con la burocracia de la UE, hay que hacerlo, porque redunda en el interés nacional de Hungría.

"Todo lo malo de los últimos treinta años de historia europea está incrustado en Bruselas", dijo. Tienen que demonizar a Hungría porque si Hungría tiene éxito en algo, eso hace que las políticas y la ideología de la UE se vuelvan sospechosas".

"No es fácil para mí ir allí y ser el bastardo de todo", dijo sobre su difícil relación con Bruselas. Orban dijo que para ser el tipo de político que tiene lo que hay que tener para enfrentarse a ellos, hay que tener una columna vertebral de acero, y preocuparse más por lo que dicen tus votantes que por lo que piensan de ti tus oponentes.

Dijo que los líderes conservadores de éxito tienen que crear coaliciones de bloques de votantes dispares mucho antes de las elecciones, y convencerles de que la victoria de los líderes el día de las elecciones será también su victoria. Dijo que no se puede ser tímido, cauto y calculador, sino más bien audaz, liderando con convicción. Y hay que conseguir el apoyo de conservadores ricos que estén dispuestos a invertir en diversas iniciativas, como la creación de redes de medios de comunicación. Además, tienes que atraer a los intelectuales conservadores convenciéndoles de que los cambios que quieres hacer son "profundos".

Orban dijo que en las elecciones de 2010 que le llevaron al poder comprendió que el pueblo húngaro estaba harto de la izquierda, que había arruinado económicamente al país. Dijo que Fidesz se presentó con un eslogan de una sola palabra: "¡Basta!".

Pregunté al primer ministro, calvinista, sobre su convicción de que la regeneración de la civilización occidental depende de la recuperación de la fe cristiana.

"El cristianismo no puede ser regenerado por la política", dijo, añadiendo que la fe siempre tiene que ver, en última instancia, con la conversión del corazón de un individuo. Pero añadió que si los cristianos no despiertan y resisten a las tendencias culturales que los arrastran, la fe va a desaparecer.

"La mejor esperanza hoy son los ortodoxos", dijo. "No están discutiendo, sino creyendo. Nosotros [protestantes y católicos] estamos discutiendo todo el tiempo".

Orban continuó llamando a los cristianos ortodoxos "la reserva más importante" para que los cristianos de Occidente recuperen su equilibrio religioso. (Más tarde, le pregunté al primer ministro: "¿Sabía que soy ortodoxo?". Sus ojos se abrieron de par en par. "¿Lo es usted? Creía que era católico").

Sobre el lamentable estado de la vida religiosa en Hungría, donde relativamente poca gente va a la iglesia, el primer ministro dijo: " No tenemos ninguna ilusión sobre cómo nos vemos". Aún así, si Europa quiere sobrevivir, debe volver a la fe que creó el orden sagrado sobre el que se construyó su civilización, dice Viktor Orban.

"Mi análisis es que esta estructura social construida en los últimos treinta años va totalmente en contra de la naturaleza humana", dijo. "Está condenada al colapso, esperemos que no de una manera armagedónica".

Si la hegemonía de la ideología de género y otras manifestaciones de la locura progresista pueden romperse rápidamente, entonces "el cambio de vuelta a la tradición será mucho más rápido de lo que podemos imaginar. Pero primero tenemos que aplastarlos políticamente".

Siguiendo con la intersección entre religión y política, Orban dijo que no entendía cómo se podía ser un líder político conservador sin ser una persona de verdadera fe. No es casualidad, dijo, que Hungría, Eslovaquia y Polonia lideren la lucha por defender los valores tradicionales en Europa. Forman parte de la Europa menos afectada por la corrosiva modernidad.

El principal asesor político del primer ministro, Balazs Orban (sin parentesco), intervino diciendo: "Sin fe, la política da mucho miedo. Si no tienes fe, querrás crear el cielo en la tierra".

El primer ministro dijo que los políticos pueden dar a la gente una vida material mejor, pero que no es su trabajo dar a la gente una vida feliz.

Hablamos brevemente de su viaje a Roma para presentar sus respetos a Benedicto XVI en el velatorio del antiguo Papa. Orban dijo que los calvinistas húngaros reconocen que el catolicismo es absolutamente vital para el futuro del cristianismo, y que si la Iglesia católica es débil, es malo para todos los cristianos. Volvió sobre la importancia del renacimiento religioso para un renacimiento de la civilización, y dijo que por eso le gusta visitar a los líderes religiosos dondequiera que viaja.

La sesión terminó con Orban dirigiendo al grupo al balcón con vistas a la ciudad. Su despacho se encuentra en un antiguo monasterio carmelita, desde el que se domina la Perla del Danubio.
Victor Orban
Viktor Orban con la capital húngara, Budapest, al fondo
Fue conmovedor ver cómo el primer ministro mostraba a los extranjeros que visitaban el país lo más destacado de la capital, con evidente deleite. Uno imagina que todos los líderes nacionales son patriotas, pero no creo haber visto un amor a la patria tan radiante en un político desde Ronald Reagan. Pero es un tipo de amor diferente. El amor de Reagan por Estados Unidos era el amor de un vaquero que observa la puesta de sol sobre su rancho, su corazón llenándose de un cálido y dorado resplandor de gratitud. El amor de Orban por Hungría me parece el de un luchador callejero con las mejillas enrojecidas mientras se prepara para defender a su familia.

He aquí una foto del joven Viktor Orban en 1989, pronunciando el discurso que lanzó su carrera política. Fue invitado a hablar como líder estudiantil en el reentierro del ex primer ministro Imre Nagy y otros cinco asesinados por los invasores soviéticos en 1956. En su discurso, pronunciado cuando Hungría aún estaba bajo el dominio del Partido Comunista (véalo aquí; active los subtítulos), el joven Orban exigió la salida de las tropas soviéticas de su país y señaló que los altos dirigentes del actual gobierno, de pie junto a los ataúdes de los héroes caídos en 1956, representan al mismo gobierno que los asesinó. Este no es un hombre fácil de intimidar:
young viktor orban speech hungary
Un joven Viktor Orban
ACTUALIZACIÓN: He clarificado el titular y una cita para dejar claro que Viktor Orban no cree que Hungría esté en guerra con Rusia, sino que Occidente se ha metido tontamente en una situación que es una guerra de facto. Lo que él quería decir era algo en esta línea:

Traducción del tuit: También existe la posibilidad real de que las cosas se descontrolen. De hecho, es probable que toda esta presión provoque consecuencias impredecibles muy negativas. Cuando estas surjan como una emergencia, los que presionaron y presionaron se harán los sorprendidos y fingirán que no tienen culpa.