Ayer por la mañana estuve en el Ministerio de Sanidad en la presentación del libro
Polimedicación y salud, que han escrito
Enrique Gavilán y
Antonio Villafaina, médico (y por desgracia ex bloguero pues como sabe el interesado le he reiterado que hacía una muy buena labor de divulgación) y farmacéutico el segundo. Gracias Enrique por tu bonita dedicatoria que alude a la longitud del camino y la necesidad de seguir luchando. Me alegré en lo personal de que el abogado especializado en derecho farmacéutico y amigo
Manuel Amarilla y Enrique acercaran posturas tras
los malos entendidos que protagonizaron en este blog hace unos meses a raíz de la entrega del último premio Eupharlaw.
Como explicó Enrique por cada euro que gastamos en medicamentos
otro euro se dedica a paliar los daños que provocan. Me dejó helado. La denominada
polimedicación es tomar más medicamentos de la cuenta, no indicados o apropiados,
sobremedicación vaya. No sólo se da en las personas mayores aunque este grupo es el más afectado. Como cuenta el libro, en 1976 la mayor parte de los ancianos consumían tres medicamentos diarios y
ahora entre 4 y 8.
Otro dato muy preocupante: como es lógico cuantos más fármacos tomemos más probable es que nos hagan daño. Se ha calculado que esta probabilidad es absoluta cuando se toman ocho o más medicamentos al mismo tiempo.
¿Cuantos medicamentos toman sus padres? Entre mi padre y mi madre superan la veintena. Al parecer las mujeres están más medicadas y sin son mayores peor, según los autores.
En la convocatoria intervino
Carmen Basolas, directora de relaciones institucionales de
Chiesi España, una multinacional farmacéutica de tamaño medio, por escribirlo de algún modo, que patrocina le libro y me consta que con absoluta
independencia de sus autores. Tras el acto me la presentaron y me dio la sensación de que me daba la mano con una mirada como si esperara que le pegara un bocado, la tranqulicé mientras una compañera suya de chaqueta amarilla le tiraba por lo bagini de la idem para que cortara la conversación que iba a producirse pues se les escapaba el ministro (bueno ya sé que la de Sanidad es ministra,
Leire Pajín, pero en esos círculos a quien se considera el ministro desde hace diez años que lleva en el cargo de secretario general de Sanidad del Ministerio es a
José Martínez Olmos -no es que lo diga yo, me lo confirmaron varios médicos-).
Olmos destacó que es importante "invertir bien los recursos económicos en beneficio de los pacientes" (qué manía con llamarnos
pacientes si lo que estamos cuando nos ponemos malos es
impacientes por curarnos). No tengo claro que eso se esté haciendo, no hay más que ver lo que ocurrió con
la gripe A o con la
actual gripe estacionaria. También reconoció
problemas de salud causados por fármacos. Pues eso, que para qué está la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Importante aporte de Gavilán, Villafaina y los más de veinte colaborados, cuyos trabajos han sido revisados, entre otras personas, por el médico y bloguero de éxito
Vicente Baos con el que compartí animada charla sobre su
animadversión hacia la homeopatía y su reciente viaje de compromiso social por Uganda.
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