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A pesar de la cancelación del telescopio Terrestrial Planet Finder, los astrobiólogos están modelando posibles biomarcadores químicos que podrían usarse para detectar indicadores de vida en nuevos mundos.
Hay grandes expectativas de que en algún momento del próximo año, los astrónomos que usan la nave Kepler de la NASA, anunciarán el descubrimiento que han estado esperando los buscadores de planetas: el primer exoplaneta del tamaño de la Tierra encontrado en una región alrededor de una estrella similar al Sol donde pudiese florecer la vida. Tal exoplaneta casi con toda certeza estará demasiado lejos de la Tierra para poder analizarlo en detalle, no obstante, iniciará una desbocada carrera por la búsqueda de huellas de vida - los compuestos químicos que podrían indicar si un exoplaneta que está en la zona habitable, la región amigable para la vida donde puede sobrevivir el agua líquida, realmente alberga vida.