¿Por qué la atmósfera contenía tan poco dióxido de carbono (CO2) durante la última Edad del Hielo, hace unos 20.000 años? ¿Y por qué aumentó su concentración cuando el clima del planeta se volvió más cálido?
Imagen
© Hans Oerter, Alfred Wegener InstituteNúcleo de hielo de 150.000 años usado para las investigaciones paleoclimáticas.
Los resultados de un nuevo estudio aportan respuestas para ambas preguntas y revelan dónde estuvo escondido el dióxido de carbono durante su ausencia de la atmósfera terrestre.

Hace alrededor de 20.000 años, la concentración atmosférica de CO2 era marcadamente más baja que en el subsiguiente período cálido. Hace un par de décadas, los datos obtenidos a partir de mediciones realizadas en núcleos de hielo antárticos demostraron claramente este fenómeno.

Después, un equipo internacional de glaciólogos buscó incluso mucho más atrás en el tiempo. Los paleoclimatólogos encontraron que esa íntima conexión entre el dióxido de carbono y la temperatura ha existido durante los últimos 800.000 años, apareciendo bajas concentraciones de CO2 durante las eras glaciales, y concentraciones superiores de CO2 durante los períodos calurosos.

En su nuevo estudio, estos científicos, de las universidades de Berna en Suiza y Grenoble en Francia, y del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina de la Asociación Helmholtz en Alemania, se han centrado en tratar de averiguar dónde se ocultaba el dióxido de carbono durante las eras glaciales y cómo retornaba a la atmósfera cuando éstas concluían.

El equipo de Jochen Schmitt, de la Universidad de Berna, ha corroborado lo que bastantes científicos ya sospechaban: Los procesos que ocurren en los océanos son los responsables. Los autores del nuevo estudio han podido identificar mecanismos que están vinculados a la elevación observada en los niveles de CO2.

A juzgar por las conclusiones de la investigación, durante una era glacial el dióxido de carbono se acumula en las profundidades del océano, causando que disminuya la concentración de CO2 atmosférico. Sólo a finales de cada edad del hielo este compuesto se transportaba de regreso a la superficie del mar mediante la circulación oceánica, la cual experimentaba cambios cruciales en sus patrones. De esta manera, el dióxido de carbono acababa pasando de nuevo a la atmósfera.