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Algunas personas (es decir, la mayoría de las personas) tienen problemas para llegar a fin de mes: la cultura del ahorro en América Latina no es una asignatura obligatoria y la ley parece ser que mientras más dinero tienes, más suben tus gastos. Por esto es especialmente asombrosa
la historia del irlandés Mark Boyle (aka "No-Cash-Man"), quien hace siete años estaba a punto de graduarse de una carrera que lo preparaba para la administración y los negocios, ahora cumpla un año viviendo una vida sin dinero, pero disfrutándola al máximo.Mark tenía un gran trabajo: era administrador de una enorme compañía de comida orgánica, lo que le permitía darse incluso el lujo de tener su propio yate. Fue justamente a bordo de su barco, hablando con un amigo acerca de todo lo que está mal en el planeta, que empezaron a considerar la frase de Mahatma Gandhi, "sé el cambio que quieres ver en el mundo". Pensaron en todas las formas en que el consumo desenfrenado destruye no sólo nuestro planeta, sino también a las personas que viven en él.
Él y su amigo se sentían de pronto "como dos pequeñas gotas en un océando altamente contaminado". Luego de considerar asuntos como la destrucción del ambiente, la guerra y las fábricas de esclavos, sintieron la tentación de hacer algo contra el monstruo. "Estos asuntos no estaban tan relacionados como había pensado antes",
escribe Mark. "Tenían una causa común. Creo que el hecho de que ya no seamos capaces de ver las repercusiones directas que nuestras compras tienen en las personas, en el ambiente y en los animales es el factor que une todos estos problemas."
Pero ¿qué hacer contra la indiferencia? Para Mark, resultó claro que la herramienta que producía esta indiferencia era el dinero, así que se dedicó a analizar las maneras en las que podría seguir viviendo con cosas que disfruta, pero reduciendo la utilización de dinero no sólo al mínimo, sino hasta desaparecerlo del todo. Esto lo llevó a deshacerse de todo su dinero, inicialmente por un año