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El movimiento autodenominado 15-M, que dice reunir a "ciudadanos indignados" por la crítica situación económica y social de España, volvió a desafiar anoche a la policía y a los gobiernos regionales de distintas partes del país con nuevas y multitudinarias marchas que desbordaron a la madrileña Puerta del Sol y otros espacios públicos emblemáticos de Barcelona, Sevilla y Valencia.
El grupo, que se había manifestado anteayer, desobedeció ayer una orden de la Junta Electoral de Madrid, que por la mañana había decretado "ilegal" la toma de la Puerta del Sol. En su resolución, el organismo comunal tuvo en cuenta los posibles efectos que el improvisado camping podría tener en las elecciones municipales y comunales que se celebrarán el domingo, por lo que exhortó a los manifestantes a levantar de inmediato el campamento de la plaza usurpada.
Tras una asamblea, el grupo conformado por más de 100.000 personas -principalmente desempleados, subempleados, trabajadores informales y los aquí llamados "precarizados"- decidió rebelarse contra la medida y lanzó una urgente convocatoria a través de Facebook y Twitter para volver a llenar la plaza por la noche, tal como había sucedido anteayer, y así dificultar cualquier operativo de desalojo por parte de la policía.