Hallaron cadáveres de 2.182 mujeres y niños, y de otros 959 hombres que han muerto en la última semana. Otros 1.000 niños habrían sido secuestrados. El hecho ya ha sido calificado como catástrofe humanitaria.
Sudán
© Reuters
Todo sucede en la provincia de Jonglei, el estado más grande de los diez que componen Sudan del Sur. La cifra de muertos la ha puesto sobre la mesa el jefe de una administración local, que se ha referido a la existencia de "asesinos de serie" para tratar de contextualizar lo que han encontrado: los cadáveres de más de 3.000 personas, dos tercios de las cuales son mujeres y niños, que han sido asesinadas en las últimas horas.

Semejante exterminio en el lapso de pocos días tiene lugar en un país jovencísimo, que hace apenas medio año, el pasado 9 de julio de 2011, proclamaba su independencia de Sudán. La creación de la nueva nación fue apoyada en un referéndum por la inmensa mayoría de los ocho millones de habitantes. Pero ahora Sudán del Sur se ha convertido en una cárcel a cielo abierto en la que unos 6.000 jóvenes armados, supuestamente de la tribu Lu Nuer, han incendiado el país en su enfrentamiento con otra tribu tribal, los Murle.

El agua y los pastos han pasado a ser también necesidades fundamentales en este país del centro de África, que apenas en enero de 2005 salió de su segunda guerra civil tras 22 años de largos y sangrientos enfrentamientos entre el Norte y el Sur. Generaciones enteras sólo conocen la guerra. A falta de un Estado que ofrezca las mínimas garantías a la población, los conflictos tribales han estallado entre dos tribus en el este del país, las mencionados Lu Nuer y Murle. Quien controla los recursos, domina la nación.

Los combates no han hecho más que inflamarse tras la llegada del Ejército, y han arrasado las infraestructuras de ONG como Médicos sin Fronteras y Save the Children. Unas 25.000 mil mujeres huteron con sus hijos hacia la sabana para intentar escapar con vida, y según el jefe local, más de 1.000 niños están desaparecidos, secuestrados por los Lu Nuer, mientras que decenas de miles de cabezas de ganado fueron robadas.

Lise Grande, coordinadora de la acción humanitaria por parte de la ONU en el país, ha realizado un llamado urgente para ayudar a los refugiados, muchos de los cuales escapan de Pibor. "Se necesita una operación urgente en las próximas semanas", ha advertido en un comunicado. "Centenares de personas que habían huido están volviendo a las aldeas. Están en una situación extremamente vulnerable y necesitan ayuda".

Naciones Unidas trata ahora de colaborar con unas 7.000 personas, del total de 50.000 víctimas que han dejado los últimos conflictos. Los huérfanos son la prioridad en un país en el que, según Unicef, el 8 % de la población padece de malnutrición severa, un 21% más sufre de malnutrición moderada, y un tercio de la población no tiene acceso a agua potable, además de un 15 % de los sursudaneses que no cuenta con saneamiento adecuado. La ONU pide 763 millones de dólares para salvar y hasta la fecha ha conseguido sólo un 8%.