
Investigadores británicos constataron que cuando los movimientos se realizan en forma horizontal a la Tierra, las abejas cometen más errores en su proceso de comunicación debido a la acción de la gravedad.
Margaret Couvillon, de la Universidad de Sussex en Inglaterra, pasó tres años decodificando esta danza, en el marco de un estudio más general sobre los sitios de alimento preferidos por las abejas en el Reino Unido.
Utilizando panales con paredes de vidrio, los científicos filmaron las abejas intentando perturbar al mínimo su comportamiento natural.
Danza única

El primero en decodificar la danza de las abejas fue el etólogo austríaco Karl von Frisch, quien recibió en 1973 el Premio Nobel de Medicina.
El ángulo de la danza comunica la posición de las flores en relación al Sol, mientras que la duración indica la distancia al panal.
Las exploradoras reiteran además estos movimientos y el número de repeticiones comunica la calidad del alimento.
"Cuando se trata de una fuente de alimento muy buena, las abejas pueden repetir los movimientos de 70 a 100 veces", dijo Couvillon a la BBC.
"Errores"

Pero cuando la danza era horizontal, les costaba repetir los movimientos "y los ángulos podían ser muy diferentes".
Sin embargo, a pesar de los errores, el promedio de los movimientos aún lograba comunicar el mensaje correcto.
Couvillon cree que la inconsistencia en la danza horizontal puede deberse a la gravedad. Cuando las abejas se mueven en forma vertical están alineadas con esa fuerza, pero danzar en forma horizontal requiere más esfuerzo.
"Si estuviéramos escalando una montaña y quisiéramos alcanzar algo a nuestra derecha, sería más difícil lograrlo que si nos moviéramos simplemente hacia arriba", señaló Couvillon.
El estudio aporta un nuevo elemento a un viejo debate entre los científicos sobre si los cambios en los ángulos de los movimientos se deben a errores o son deliberados y buscan comunicar coordenadas.
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