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Cual relato de ficción se va desarrollando toda el entramado y parafernalia política cuyo objeto es distraer la atención del cambio de modelo de sociedad que traen las políticas económicas neoliberales: inexistente rol público del Estado, absoluta libertad de movimiento para las empresas, un gasto social prácticamente nulo y el resurgir de la represión del Estado para mantener su orden público.

Este es el trasfondo de las "reformas estructurales" que proclaman las oligarquías financieras. Y en base a éstas se ha escrito un guión, previo al cambio de gobierno el año pasado en España, por el que se aprueban en primer lugar acciones de privatización, desregulación gubernamental y fuertes recortes en el gasto social (sanidad, educación, servicios sociales fundamentalmente); con ello se pretendería crear un clima de shock tal que los recortes en derechos básicos y en derechos políticos sean aceptados como "mal menor". La criminalización de la respuesta social es la punta de lanza que ya da cobertura al revival de la práctica de tener presos políticos, un indicador del grave deterioro democrático que vive la península.

Doctrina del shock

Pero ¿cómo es posible que una cuidadanía educada, orgullosa de sus avances sociales en derechos y libertades básicas pueda aceptar este giro político que pone en quiebra su estado de bienestar y el modelo social europeo? La respuesta viene de la lección aprendida con la política intimidatoria de EE.UU. de azuzar la amenaza del terrorismo global a partir del atentado del 11 de septiembre de 2001. La estrategia del miedo y la aplicación de lo que Naomi Klein ha conceptualizado como "doctrina del shock" son los facilitadores de todos estos cambios que estamos viviendo; la manipulación política y la complicidad de los grandes medios de comunicación son las herramientas básicas utilizadas para propagar la nueva doctrina y crear un ambiente propicio que justifique el papel del Estado en el manteniemiento del orden público .

Los gobiernos han dejado de responder al "bien común" y sin ningún tipo de pudor, se orientan ya cual empresa a la consecución de beneficios, instaurando para ello el nuevo fundamentalismo nacido de la crisis de la deuda pública: el "déficit cero" impuesto por Alemania. Aquí entra en juego lo que Paul Krugman define como el Gran Engaño europeo "la creencia de que la crisis europea se debe ante todo a la irresponsabilidad fiscal. Los países incurren en déficits presupuestarios excesivos -nos dice el cuento- y se endeudan en exceso, por lo que ahora lo importante es establecer unas normas que impidan que la historia se vuelva a repetir".

No es improvisación

Así están las cosas . Y a pesar de mi propio error inicial de atribuir a la improvisación la definición de las polìticas de ajuste he de decir abiertamente que no creo que haya tal improvisación; las políticas de ajuste responden a un posicionamiento ideológico, económico y social, basado en la preeminencia del sector financiero, en la acumulación capitalista, en la polarización social, tanto de rentas como de clases en la versión actualizada del voraz sistema de dominación. A esto responde la nueva marca España. Y es desde este lugar ya explicitado que podremos interpretar la obsesión que les ha dado por las políticas de austeridad a pesar de estar fuera del sentido común del 99 por ciento.

¿Cómo no vamos a reaccionar ante este intento de destrucción masiva? Fuimos muchas voces gritando alerta, que la austeridad sólo traería destrucción de empleo y empobrecimiento, y que concretamente en España, los tijeretazos y la deriva económica no permitirían reactivar la actividad económica. Hoy la OIT rechaza rotundamente la austeridad e incluso el propio FMI y algunos países de la Eurozona empiezan a poner en duda la efectividad de su propia medicina.

Recortes inadmisibles.

El derecho a la salud no admite recortes porque forma parte de los derechos humanos. El derecho a la educación pública, de calidad, es garantía de una sociedad futura mejor. Los recortes en políticas de igualdad son un atentado a la vida de las mujeres, y en este sentido, los otros recortes previstos para este año ya denunciados por grupos feministas representan un riesgo extremo, entre otros muchos, de reproducción de las desigualdades y de la violencia hacia las mujeres.

Hay que salir de este bloqueo, imaginarse que otro mundo es posible y vivir desde este nuevo lugar, una vida que merezca ser vivida. ¿Empezamos por despejar el bosque? Tomemos la calle, tomemos las plazas, tomemos las instituciones, pero sobre todo, tomemos la vida, nuestra vida en un ejercicio de autosoberanía y empoderamiento, individual y colectivo. Está todo por ganar. (Rebelión).

*Carmen Castro es integrante del Comité Científico de ATTAC-España.