Felix Baumgartner1
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El atleta extremo Felix Baumgartner aterrizó el domingo tras haber saltado desde una altura de 38 kilómetros (24 millas) sobre la Tierra, en el que podría ser el primer viaje supersónico en caída libre.

Baumgartner aterrizó en el desierto de Nuevo México luego de saltar al vacío desde casi 128.097 pies de altura, y alzó los brazos en señal de triunfo, causando vítores de espectadores y amigos dentro del centro de control en Roswell.

No se supo de inmediato si rompió la barrera del sonido durante su caída libre, que era uno de los objetivos de la misión.


Tres horas antes

"Temerario Felix" despegó con rumbo a la estratósfera en una cápsula elevada por un globo ultradelgado lleno de helio. La altura alcanzada es más de tres veces la altura promedio a la que viajan los aviones en altitud de crucero. Una vez en la estratósfera salió de la cápsula y saludó con su dedo pulgar consciente de que su destino se conocería en vivo por internet.

Baumgartner espera haber alcanzado una velocidad de 1.110 kph (690 mph) antes de haber activado su paracaídas a unos 1.500 metros (5.000 pies) del suelo.

Cualquier contacto con la cápsula al momento de salir pudo haber rasgado su traje presurizado y exponerlo a la falta de oxígeno y temperaturas de hasta -56 grados Celsius (-70 Fahrenheit). Eso pudo causar burbujas letales en sus fluidos corporales.

Baumgartner activó su paracaídas al aproximarse a la Tierra y delicadamente planeó hacia el desierto al este de Roswell.

La hazaña del austriaco ocurrió el mismo día en que se cumplieron 65 años de que el estadounidense Chuck Yeager realizara con éxito el primer intento para romper oficialmente la barrera del sonido a bordo de un aeroplano.

Por insistencia de Baumgartner, 30 cámaras grabaron la hazaña del domingo. Aunque se dijo que sería transmitida en vivo, en realidad tuvo un retraso de unos 20 segundos.

El equipo de Baumgartner incluyó a Joe Kittinger, quien fue el primero en intentar romper la barrera del sonido al saltar desde 31,3 kilómetros (19,5 millas) de altura en 1960.

Con este salto, la NASA también podría certificar una nueva generación de trajes espaciales para proteger a los astronautas y ofrecer una opción de escape desde naves a 36 kilómetros (120.000 pies) de altura, de acuerdo con Jonathan Clark, director médico de Baumgartner.