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Las enanas rojas son las estrellas más comunes, representando alrededor del 75% de los soles de nuestra galaxia. Son mucho más pequeñas y menos masivas que el Sol, y por ello, son mucho más tenues. Si se encuentran planetas alrededor de estas estrellas, y también vida, podríamos deducir que ésta sería algo común en el Universo. Pero un equipo de científicos, dirigidos por Dr. Aline Vidotto, de la Universidad de St Andrews, ha puesto en duda esta idea. Su trabajo sugiere que los fuertes campos magnéticos de las enanas rojas imposibilitarían la existencia de cualquier rastro de vida en estos planetas.

Debido a la debilidad de las enanas rojas, los astrónomos son capaces de detectar planetas a su alrededor debido a que bloquean una cantidad significativa de su luz cuando pasan por delante de sus discos. Las bajas masas de estas estrellas también causan que el tirón gravitatorio que ejercen sobre los planetas puedan ser detectados estudiando sus espectros (método de la velocidad radial).

Las estrellas enanas rojas son más frías que el Sol, por lo que la zona habitable o área donde podría desarrollarse la vida, está mucho más cerca del astro que en nuestro caso. Los planetas en la zona de habitabilidad poseen la temperatura adecuada como para que el agua líquida exista en su superficie. Ahora el objetivo es buscar planetas similares al nuestro en estas zonas. Pero también hay otros factores que determinan la habitabilidad de estos mundos.

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Durante miles de millones de años el impacto de las partículas solares puede erosionar una atmósfera planetaria. Los planetas como la Tierra tienen campos magnéticos relativamente fuertes que desvían estas partículas impidiendo que dañen sus atmósferas y protejan así, la vida y su desarrollo. Una gran proporción de estas partículas se originan en el "viento solar", que fluye fuera de la estrella madre. La presión que ejercen estas partículas empuja la magnetosfera, por lo que si el viento solar es fuerte, el escudo magnético se comprime. En el caso de la Tierra, la magnetosfera se extiende alrededor de 70.000 kilómetros.

Especialmente cuando son jóvenes, las estrellas enanas rojas poseen fuertes campos magnéticos, lo suficientemente intensos como para que los científicos sospechen de que son capaces de comprimir las magnetosferas de los planetas lo suficiente como para provocar la desaparición de sus atmósferas, lo que evidentemente, provocaría la esterilidad de estos mundos.

Este nuevo estudio muestra que si la Tierra orbitara en el borde interior de la zona de habitabilidad de una enana roja, la estrella podría comprimir nuestro campo magnético afectando a la superficie, ya que éste no se extendería más de 35.000 kilómetros. Luego, para que pueda haber vida en estos mundos, estos planetas deberían poseer campos magnéticos muy intensos, o encontrarse significativamente lejos de sus estrellas, en cuyo caso serían unos cuerpos demasiado fríos como para albergar agua líquida en la superficie.

Cuando las estrellas envejecen, sus campos magnéticos se debilitan, ofreciendo un respiro a los planetas que orbitan a su alrededor. El ritmo al que ocurra esto será determinante para la superviviencia de la atmósfera del planeta. La edad de estas estrellas se puede determinar midiendo su velocidad de rotación, por lo que los científicos están tratando de analizar el mayor número de astros posibles.

"Nuestra investigación sugiere que las enanas rojas con periodos de rotación de uno a unos pocos meses, tendrían campos magnéticos que no afectarían significativamente a un planeta tipo Tierra situado en la zona de habitabilidad", dice Aline. "Las condiciones de habitabilidad están resultando ser mucho más complejas de lo que esperábamos".