Siempre me ha gustado unir Ciencia con Cultura, así que las investigaciones del autodenominado astrónomo forense Donald Olson, son una magnífica fuente de temas interesantes.

Aunque no conozcamos a Walt Whitman, seguro que recordamos el ¡Oh Capitán, mi capitán! de la película El Club de los Poetas muertos. Pues bien, en el mismo libro, Hojas de Hierba, se encuentra otro poema titulado Año de Meteoros, el que llamó la atención de Donald Olson.

Aunque en su poemario habla de un gran cometa (el de 1860) también describe una "extraña y gigante procesión de meteoritos que pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas". Esto les llevó a seguir buscando el fenómeno al que se refería hasta que dieron con una lluvia de meteoros que se movía de forma horizontal en la noche del 20 de julio de 1860. Estaba descrita en periódicos todavía conocidos como el New York Times. En la revista Scientific American llegaron a decir de esta lluvia de meteoros que era "la mayor vista hasta entonces".

Para completar el arte inspirado por los meteoros, tenemos el cuadro que Federich Church pintó basándose en la misma observación y que fue el que le dio la pista definitiva a los astrónomos, El Meteoro de 1860:
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