Algunos datos para comprender Crimea:
1) A pesar de formar parte de Ucrania, la mayoría de los ciudadanos de Crimea son de origen ruso. Según el último censo nacional de 2001, la composición de la población es la siguiente: rusos 58%, ucranianos 32%, tártaros 10%.
2) En Sebastopol, la ciudad más importante de Crimea, Rusia tiene la base de su flota del Mar Negro. Según el último acuerdo firmado con el gobierno ucraniano, Rusia mantendría ese puerto hasta, al menos, 2042. "Rusia jamás, jamás, jamás abandonará Sebastopol" decía hace dos años Igor Kasatonov, comandante de la Flota Rusa del Mar Negro. Por razones geoestratégicas, Rusia no está dispuesta a perder la base de Sebastopol.
3) Dentro de Ucrania, Crimea es una región autónoma con su propia constitución. En las últimas elecciones presidenciales, Crimea votó mayoritariamente por Yanoukovich, el presidente que tuvo que huir hace unos días de Kiev.
4) Los tártaros constituyeron durante siglos la mayoría de la población de Crimea. En la Segunda Guerra Mundial, unos 20.000 tártaros colaboraron con el ejército nazi (mientras otros muchos miles luchaban en las filas del ejército soviético). Stalin acusó a todo el pueblo tártaro de "colaboracionismo" y en mayo de 1944 ordenó su deportación a las estepas de Uzbekistán. En 1947 ya no había tártaros en Crimea. Tras la caída de la Unión Soviética, muchos tártaros han regresado desde Uzbekistán a Crimea.
6) En una encuesta realizada hace dos años dentro de Rusia, el 70% de los ciudadanos rusos consideran Crimea como parte de su país. En comparación, sólo el 30% considera que Chechenia es parte de Rusia. (Curiosamente Chechenia sí es parte de la Federación Rusa mientras Crimea forma parte de Ucrania).
Durante los últimos días, la mayoría rusa de Crimea ha salido a la calle para protestar contra el Gobierno recién instalado en Kiev, que consideran ilegítimo. Exigen un referéndum donde puedan decidir si Crimea: a) sigue formando parte de Ucrania, b) se integra en Rusia o c) declara su independencia.
Por contra, las minorías ucraniana y tártara apoyan al nuevo Gobierno de Kiev y exigen seguir integrados en Ucrania.