El caldo de pollo del futuro podría hacerse a base de aves modificadas genéticamente para que no puedan contraer la gripe aviar. Un grupo de investigadores británicos ha conseguido, en efecto, crear gallinas domésticas capaces de bloquear la propagación de varias cepas víricas de esta enfermedad, una de las mayores amenazas actuales para la producción avícola y, en algunos casos, para la salud de los seres humanos. Se trata, por ahora, de un trabajo preliminar, y las aves genéticamente modificadas no se destinarán al consumo humano, aunque la investigación, que se publica esta semana en Science, constituye un primer paso esperanzador.

Jon Lyall, de la Unversidad de Cambridge y autor principal del estudio, ha conseguido, junto a colegas del Instituto Roslin (el centro en el que nació la famosa oveja Dolly) y de la Universidad de Edimburgo, crear gallinas transgénicas cuyas células son capaces de producir un auténtico «señuelo de ARN» que bloquea, literalmente, las cepas más peligrosas del virus de la gripe aviar, entre ellas la temible H5N1, impidiéndoles funcionar con normalidad e interfiriendo por lo tanto en la capacidad de propagación del virus.
La gripe aviar, de la que existen varias clases, es fundamentalmente una enfermedad que afecta a aves salvajes, aunque ocasionalmente puede pasar a las aves domésticas y transformarse en variantes mucho más letales y que pueden de extenderse como la pólvora.