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De acuerdo con una demanda presentada por una mujer de la ciudad de Pierre, en el estado
estadounidense de Dakota del Sur, un agente policial utilizó una "fuerza excesiva" contra su hija de 8 años al usar una pistola eléctrica paralizante.

Sin embargo, el policía se defiende alegando que si no hubiera usado la fuerza la niña podría haberse dañado ya que tenía un cuchillo en la mano. La Policía llegó tras la llamada de la niñera.

Después de una investigación independiente de dos meses, la División de Investigación Criminal de Dakota del Sur dictaminó que el agente había actuado correctamente.