Un video difundido por el Ejército de Israel para justificar su mortífero ataque de julio pasado contra el hospital Al Wafa, en Gaza, tiene en realidad más de cinco años de antigüedad y fue grabado durante la operación Plomo Fundido.

Una investigación del proyecto internacional Truth-out reveló que tanto el vídeo como el fragmento de audio ofrecidos como justificación fueron manipulados por los militares para encubrir el hecho de que mostraban otros acontecimientos. Las figuras que aparecen al lado del hospital o entrando y saliendo de las instalaciones se encontraban en el escenario a comienzos del año 2009 y no este julio.

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© YouTube / Times of Israel

Según los israelíes, el hospital geriátrico y de rehabilitación Al Wafa supuestamente cobijaba a un grupo de militantes del ala armada de Hamás que presentaban amenazas para Israel. Alegaron que los extremistas palestinos habían convertido el recinto médico en una instalación militar, lo que daría al Ejército israelí derecho a atacarlo.

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© AFP Thomas Coex
Mientras tanto, según los datos oficiales de los cuerpos sanitarios de la Franja de Gaza, el ataque resultó una de las peores masacres de la campaña militar de este año. En los días 20 y 21 de julio al menos 120 palestinos perdieron la vida en el barrio de Shujaya, donde se encontraba el hospital. La tercera parte de las víctimas fatales fueron mujeres y niños.

El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo a los blogueros de Mondoweiss (Francia) que algunos misiles lanzados por Hamás "procedían de las inmediaciones del hospital, de un punto situado a unos 100 metros de distancia de este". Una serie de imágenes divulgadas por los militares el 19 de agosto descubre que los dos supuestos lanzadores de misiles estaban situados a más de cien metros del recinto.

Incluso si los cálculos de los peritos artilleros hubieran sido exactos, los datos disponibles serían suficientes para impactar en los blancos con misiles de alta precisión sin causar ningún daño al hospital. En otro caso, ocurrido el 9 de agosto, un proyectil destruyó una instalación lanzadora colocada en la zona sin causar daños colaterales y sin damnificar la mezquita que se encuentra a unos pocos metros del lugar de impacto.


Pero la intención, creen los investigadores del proyecto Truth-out, fue exactamente esa: atacar el hospital. La prueba es la llamada que el director del recinto, Basmán Alashi, recibió con antelación. Un representante del Ejército israelí le preguntó cuánto tiempo necesitaba para evacuar a los pacientes. Los médicos procedieron a la evacuación solo después de que la tercera y la segunda planta estuvieran gravemente dañadas y el humo hubiera llenado las salas.

El edificio sanitario fue impactado por un total de 15 misiles.

A finales del mismo mes el exsoldado del Ejército israelí Eran Efrati declaró a través de Facebook que, según sus fuentes en las Fuerzas de Defensa, el motivo de la masacre en Shujaya fue la venganza por la muerte de soldados israelíes en la zona. El joven fue detenido e interrogado por la policía israelí después de declarar que estaba dispuesto a publicar "dos grandes historias" sobre las atrocidades cometidas por los militares de su país. Finalmente no lo hizo, pero la verdad ha terminado saliendo a la luz.