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El Fondo Mexicano y Americano para la Educación y la Defensa (MALDEF, por sus siglas en inglés) y otros grupos de defensa de los derechos humanos han pedido este viernes el cierre del centro de detención de inmigrantes ilegales de Karnes, en San Antonio, ubicado en el estado norteamericano de Texas, por supuestos abusos sexuales a las mujeres detenidas.

Activistas de derechos humanos han denunciado que los agentes del Grupo GEO (Grupo Especial de Operaciones) que rigen el centro, retiraban supuestamente a las mujeres de sus celdas para tener relaciones sexuales con ellas.

Las mujeres latinas, en su huida de la violencia en sus países, cruzan ilegalmente la frontera estadounidense, pero se encuentran atrapadas entre los abusos de la policía, quienes a cambio de favores sexuales les ofrecen dinero, ayuda con sus casos de inmigración y refugio cuando sean liberadas.

"Este es exactamente el motivo por el que el Gobierno federal no debería estar en el negocio de la detención de familias", ha recalcado la abogada de MALDEF, Marisa Bono.

Los grupos denunciantes han apostillado también que el centro ofrece a los detenidos una alimentación y unos servicios sanitarios y de salud mental inadecuados.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, que gestiona los tres centros de detención de familias en el país norteamericano, anunció recientemente la apertura de una nueva instalación en Dilley, Texas, con capacidad para albergar a 2400 personas.

El jueves, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también denunció la violación de los derechos de los inmigrantes, mayormente procedentes de Centroamérica y México, tras haber cruzado la frontera de Estados Unidos.

"Es una situación muy preocupante, porque vemos que Estados Unidos está volviendo a políticas que parecían olvidadas en el pasado, como tener centros de detención para niños y familias", ha indicado González tras realizar una gira por el sur del estado sureño de Texas, fronterizo con México.