
Jon Ander se mostraba «indignado e impotente». El pastor amezketarra aseguraba que «la víspera llevamos el rebaño a pie, con la ayuda de los perros desde nuestro caserío». Unos cinco kilómetros de recorrido en el que «no hubo ningún problema con ninguna de las ochenta ovejas que llevamos. Se quedaron tranquilamente pastando». Goñi denuncia que «no nos cabe ninguna duda de que los buitres separaron a una treintena de cabezas del resto del rebaño y cuando quedaron atrapadas contra la valla las fueron atacando y comiendo. Diecisiete quedaron atrapadas contra la verja, dos de las cuales pudieron saltarla, pasando sobre el resto y huyeron por una pista forestal».
El amezketarra relataba que «según nos han contado, vieron un gran número de buitres en la zona, pero pensaban que habría alguna yegua muerta. Nunca que hubieran atacado a nuestras ovejas y menos que hubieran atacado a tantas».
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