Una araña que se encuentra comúnmente en los invernaderos del Reino Unido está ayudando a los investigadores a comprender el secreto del largo hilado y pegajosidad de las super-delgadas fibras.

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© Hartmut Kronenberger y Katrin Kronenberger (Oxford University)
Los científicos llevan bastante tiempo interesados en aprovechar el potencial de la seda de araña. Es ligera, flexible y súper fuerte, y ya han visto aplicaciones en cosas que van desde chalecos anti-balas hasta puntos de sutura quirúrgicos e implantes biomédicos.

La comprensión de cómo las arañas producen de forma natural estas fibras delgadas, también podría conducir a nuevos avances en la fabricación y la ciencia de materiales, ya que los investigadores se esfuerzan por desarrollar mejores polímeros y fibras para materiales compuestos.

Muchas arañas producen hilos de seda que son de varias micras de espesor, aunque algunas pueden producir fibras que son incluso más delgadas.

La araña de jardin, Uloborus plumipes, es lo que se conoce como una araña cribeladas. Es relativamente pequeña, no venenosa, es común en los invernaderos de todo el Reino Unido, y tiene lo que se conoce como cribelo, un tipo de órgano para hilados, que consiste en una o dos placas cubiertas con boquillas (o grifos) densamente compactas. La seda se produce en el interior de unas glándulas anexas a estas boquillas.

Este órgano permite a la Uloborus producir filamentos ultra finos que se miden en la escala nanométrica. Y también significa que, en lugar de hacer un hilado de seda húmeda, está mezclada con una sustancia parecida a la goma, que produce una seda completamente seca.

La seda de la Uloborus se describe como suave y esponjosa y parecida a la lana. También se cree que el proceso de hilado hace que se cargue eléctricamente, una característica que mejoraría su pegajosidad.

Para descubrir los secretos detrás de este complejo proceso de producción de nanofibras, los zoólogos de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, tomaron fotografías y vídeos de las arañas en plena acción de hilado de la seda. También examinaron el proceso usando tres diferentes técnicas de microscopía, prestando especial atención al cribelo.

El proceso se ha descrito en la revista Biology Letters.
"La Uloborus tiene glándulas cribeladas únicas, las glándulas de seda más pequeñas del mundo arácnido, y es la que permite producir esa fibra ultra-fina, afirmaba la autora Katrin Kronenberger.

La materia prima, conocida como droga de seda, se ve canalizada a través de unos estrechos conductos hacia dentro de unas pequeñas boquillas para el hilado o grifos, explicaba Kronenberger.

Pero en lugar de pre-formarse en filamentos dentro de los conductos, como los otros sistemas de hilado que han sido examinados, los hilos creados por la araña de jardín permanecen en forma líquida, y se solidifican justo antes de emerger de la boquilla.

Como van emergiendo miles de filamentos nanométricos de cada una de las boquillas densamente compactas, la araña tira violentamente de ellos para crear un solo hilo, el cual se va cargando eléctricamente a su paso por los pelos con forma de peines de las patas de la araña.
"La extrema delgadez de cada filamento, además de los cargas eléctricas aplicadas durante el hilado, proporciona la adherencia Van der Waals. Todo ello permite unas bocanadas inmensamente pegajosas", señalaba el co-autor Fritz Vollrath.
"El estudio de esta araña no proporciona información valiosa sobre cómo se crean filamentos nanométricos", dijo el profesor Vollrath. "Si pudiéramos reproducir este gran truco del hilado de nano-fibras cargadas nos facilitaría el camino para un nuevos tipos más versátiles y eficientes para una tecnología de procesamiento de polímeros."