Afganistán y Pakistán trabajan a marchas forzadas para llevar ayuda a los sobrevivientes del terremoto de magnitud 7,5 que sacudió la región esta semana, mientras el número de víctimas mortales en la tragedia subió a 385.
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© APALDEADO PAQUISTANÍ. Este miércoles, al sacar rocas después de que su casa fuera dañada por un terremoto en la aldea de Dhorbala, a 150 kilómetros de Abbotabad, Pakistán.
La agencia de gestión de desastres paquistaní dijo que en la cifra de muertos en el país es de 267 personas, de los que 220 perdieron la vida en la provincia noroccidental de Jyber Pajtunjwa.

Afganistán reportó 115 muertes y otras tres personas fallecieron en el lado indio de la disputada región de Cachemira.

En el noroeste de Pakistán, más de 10.000 viviendas y 147 escuelas sufrieron daños por el temblor. El sismo del lunes tuvo su epicentro en una provincia afgana poco poblada, Badajshan, que limita con Pakistán, Tayikistán y China.

Los funerales por las víctimas continuaron el miércoles y en la localidad más afectada de Pakistán, Shangla, residentes pidieron más ayudas del gobierno para reconstruir sus viviendas.