Cuando nos enfrentamos a tomar decisiones nos vemos influidos por infinidad de factores relevantes e irrelevantes que determinarán el resultado final. ¿Es consciente de cuáles son las principales distorsiones que pueden influir a la hora de tomar decisiones en la vida?

silogismo oso hormigüero
© Desconocido
Hace tiempo se convirtió en un superventas el libro "Más Platón y menos Prozac", pues bien en esta ocasión nos podemos decantar por "Más Aristóteles y menos Lexatín". Durante años la psicología se consideró una rama de la filosofía, pero poco a poco la manera de estructurar la ayuda y la forma de intervenir sobre los diferentes problemas del ser humano, ha convertido a la psicología en una disciplina vinculada pero independiente de la filosofía. En cualquier caso muchos de los argumentos que estructuran y ayudan a las personas a estar mejor beben de la filosofía y por supuesto de los grandes pensadores actuales y pasados.

Dentro de los muchos legados que nos dejó Aristóteles, nos propuso el uso de silogismos para analizar el pensamiento del ser humano y conocer mejor los esquemas que usamos para conocer y enfrentarnos al mundo. Los silogismos son un modo de razonamiento deductivo que puede ser analizado y trasformado en reglas.

El ejemplo de silogismo clásico es: todos los hombres son buenos, yo soy un hombre, luego yo soy bueno. La lógica interna de este razonamiento es impecable. Ahora bien, ¿las premisas que se definen son verdaderamente ciertas? Cuando presuponemos que un punto de partida es el correcto podemos presuponer que las conclusiones también los son... o no. Es frecuente arrastrar errores y asumir conclusiones por no cuestionarnos nuestros puntos de partida.

Aristóteles fue el primero en analizar el pensamiento, y en concreto el razonamiento deductivo por medio de la identificación de premisas que llevan necesariamente a una conclusión. Su idea no fue la de abarcar todo tipo de pensamiento, sino en particular buscó entender el proceso que nos conduce a llegar a una conclusión.

La idea que me interesa destacar sobre los silogismos y su aplicación a la psicología, es la de que si no cuestionamos adecuadamente las premisas desde las que partimos, es posible llegar a conclusiones distorsionadas, sin ser realmente conscientes de ello. A veces podemos construir silogismos que nos van a generar mucho enfado pero que no se sustentan con argumentos sólidos: "si me quisieras llegarías antes", esta frase construye premisas que pueden dar peso a nuestras necesidades, ¿pero son realistas?, ¿La gente que quiere siempre llega puntual?, ¿Se puede querer a alguien y no satisfacer sus necesidades siempre?. Aquí se parte de la premisa: La gente que ama a otra es puntual, tu llegas tarde, luego no me quieres. ¡Así dicho suena bastante raro! pero puede valer para ilustrar cómo el cuestionar los puntos de partida puede favorecer no caer en errores innecesarios.

Principales distorsiones a la hora de tomar decisiones

Hablemos pues de las distorsiones más frecuentes y que con mayor frecuencia se asocian a síntomas de ansiedad y tristeza:

Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento exagerados o irracionales que aparecen con más frecuencia asociados a estados depresivos y/o ansiedad. Suelen ser automáticos, y por tanto es frecuente no ser consciente de ellos. Si se lo permitimos, las distorsiones cognitivas pueden producirnos malestar y reducir nuestra calidad de vida. Con la suficiente dedicación y práctica podemos eliminar estas distorsiones y recuperar el control de nuestros pensamientos. Existen bastantes distorsiones cognitivas recogidas en la literatura psicológica por autores como Beck y Ellis, entre otros, pero centrémonos en 10 de ellas:

1. Magnificación

Se produce cuando nos focalizamos y magnificamos los aspectos negativos de una situación. Podemos escoger un detalle negativo y pensar en ello excluyendo el resto de detalles (igualmente presentes) hasta que sólo percibimos lo malo.

Por ejemplo, Hacemos una presentación brillante ante 10 personas, pero una diapositiva estaba en un orden incorrecto. Si nos centramos en ese error podemos sobredimensionarlo y dejar de lado el resto de aspectos positivos. Potenciando la aparición de otra distorsión cognitiva como es la abstracción selectiva.

2. Pensamiento dicotómico (todo o nada)

Vemos las cosas en categorías todo/nada, el pensamiento negro o blanco. Si algo no es completamente perfecto, entonces está mal o es un fracaso. Podemos utilizar esta forma de pensar hacia nosotros mismos, hacia los que nos rodean y hacia las situaciones que vivimos.

Por ejemplo, un jugador de baloncesto al anotar menos de 8 puntos en un partido llega a la conclusión de lo ha hecho fatal. No valora la opción de que no es perfecto lo que ha hecho pero no es lo mismo que anotar dos puntos.

3. Abstracción selectiva

Valoración de una experiencia centrándose en un detalle específico extraído fuera de contexto e ignorando otros elementos más relevantes de la situación. La frase "hacer una montaña de un grano de arena" encaja perfectamente en este filtro.

Por ejemplo, el jefe le comenta a su empleado lo contento que está por su trabajo, pero en un momento de la conversación le pide que no haga fotocopias de las cartas que le llegan, pensamiento: "no está contento con mi trabajo".

4. Inferencias arbitrarias, o conclusiones apresuradas sin base real.

La inferencia arbitraria se produce cuando llegamos a conclusiones sin evidencias claras que las apoyen, o incluso con evidencias contrarias.

Por ejemplo, tras un rechazo de una chica a quedar con Juan, este piensa: "nunca voy a conocer a nadie que me interese tanto como yo a ella". Puede ser una conclusión basada en el malestar sin tener en cuenta otros argumentos o pruebas. Pueden haber habido otras relaciones en el pasado, pero da lo mismo. Centrarse en el rechazo favorece hacer una inferencia arbitraria.

5. Personalización

Tendencia y facilidad para adjudicarse a uno mismo la responsabilidad de hechos externos, sin que deban existir argumentos de peso para ello. Nos atribuimos la responsabilidad sobre acontecimientos que en realidad están completamente fuera de nuestro control.

1-. Mi jefe está enfadado, "¿será algo que he hecho mal?"

2-. Llego tarde a dar una charla y el proyector no funciona correctamente. Se desata la sensación de culpa porque "si hubiera llegado a tiempo podría haberlo arreglado", da igual que no dependiera el resultado final de llegar antes. La sensación última es que, si yo hice algo mal debo aprender a no volver a hacerlo en otra ocasión. Aunque en realidad al personalizar la responsabilidad en mi lo que en realidad estoy haciendo es buscar a un culpable y castigarle por ello. ¡Nada bueno!


Comentario: Algo muy importante aquí es tener en cuenta la parte que dice "... sin que deban existir argumentos de peso para ello" y "... que en realidad están completamente fuera de nuestro control". Muchas veces, sí somos responsables de cosas que suceden a nuestro alrededor, o que le suceden a otras personas, por lo que es necesario siempre hacerse la pregunta que el autor hace al comienzo "¿es esto realista?", para poder aprender a discernir.



6. Culpabilización


Es muy parecida a la personalización, solo que en este caso el culpable es otro.

Por ejemplo: "he suspendido y es super injusto. El problema es que el profesor me tienen manía"

10. Razonamiento emocional

Creemos que lo que sentimos acerca de nosotros mismos o de una situación debe ser automáticamente cierto. Asumimos que nuestras emociones negativas reflejan el verdadero estado de la realidad.

Por ejemplo: Estoy en una fiesta en la que no hablo mucho, me siento aburrido.. "Me aburro y me siento como si yo fuera una persona aburrida, por lo tanto, debe ser verdad".