Bagdad, 28 feb (PL) Al menos 38 personas murieron y otras 62 resultaron heridas hoy a causa de dos explosiones en el concurrido mercado Mredi, en el distrito capitalino de Ciudad Sadr, informaron fuentes de seguridad iraquíes.

De acuerdo con el reporte, varios terroristas atacaron el referido mercado con un artefacto explosivo en una hora en que había mucho público, y minutos después un suicida se inmoló en medio de la multitud que se había congregado en el lugar para asistir a las víctimas de la primera deflagración.


Comentario: Suena bastante parecido al modus operandi de los bombardeos saudíes en Yemen y los bombardeos estadounidenses en Afganistán e Irak.


sad city bombing
© Twitter @integrity_UK

El portavoz del ministerio del Interior, Saad Maan, agregó que el atentado en el mercado al aire libre en ese distrito del este de Bagdad, donde predomina la población chiita, se lo adjudicó el Estado Islámico (EI).

La agrupación takfirista (terrorista islámica sunnita) controla amplias regiones del norte y el occidente de Iraq y ha fijado como blanco de sus ataques a recintos y personas chiitas a las que considera infieles.


Comentario: Qué curioso, una agrupación musulmana que comete actos de terror en contra de la población musulmana, otorgándole así a Occidente una narrativa perfecta para demonizar al resto de la población muslmana del mundo.

Todavía recordamos los años en los que chiítas y suníes vivían en armonía como buenos vecinos dentro de Irak. Eso era en los tiempos de Saddam Hussein, antes de la invasión ciminal de Bush y su banda de neocones. Uno diría que como parte de la estrategia del caos, alguien se esmeró por sembrar la discordia entre chiítas y suníes. ¿Quién salió ganando? Chiítas y suníes no, claramente.


Iraq tiene una población mayoritariamente chiita y desde junio de 2014 enfrenta una ofensiva del DAESH, acrónimo árabe del EI, en varias regiones, en particular las provincias de Nínive, Salaheddin y Al-Anbar.

Los extremistas amenazaron con continuar la agresión contra objetivos chiitas y en las últimas semanas intensificaron la táctica del doble ataque para provocar más víctimas, pues tras detonar un explosivo aguardan a que se aglomeren socorristas, policías y curiosos para hacer estallar el segundo.

Este mismo domingo, un grupo de hombres armados asaltó una base militar en el suburbio oeste bagdadí de Abu Ghraib y se desencadenó un enfrentamiento, en el cual perdieron la vida al menos 12 efectivos de la policía federal y 20 extremistas del EI. Las autoridades impusieron un toque de queda en la zona.

Ayer, dos civiles fallecieron cuando un artefacto explosivo de fabricación casera detonó cerca de un mercado en Abu Ghraib, situado unos 25 kilómetros al occidente del centro capitalino.

Datos de la ONU indican que 849 iraquíes murieron y mil 450 resultaron heridos en enero como consecuencia de actos de terrorismo, violencia o enfrentamientos armados.

Mientras el Ejército, las fuerzas de seguridad y los voluntarios chiitas de la Movilización Popular preparan una ofensiva para retomar Mosul, devenida capital del autoproclamado califato islámico del DAESH, el gobierno urgió a mantener la persecución de los fundamentalistas.

Un vocero castrense aseguró que 35 hombres del EI perecieron en un combate con el Ejército y los voluntarios chiitas de la Hashd al-Shaabi en la región de Al-Bashir de la provincia septentrional de Kirkuk.

Las unidades militares iraquíes dominaron en las últimas horas el importante puente de Al-Hamziya, próximo a Ramadi, la capital de Al-Anbar, gracias a operaciones coordinadas de la décima División de las Fuerzas Armadas, tribus sunnitas, brigadas de artillería y la división de tanques.