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Autoridades sanitarias de Filipinas ordenaron hoy el uso de máscaras faciales y nasobucos tras la muerte por asma de un niño a consecuencia de la expulsión de nubes de cenizas del volcán Bulusan.

El lunes último el monte, ubicado al este de Filipinas, estalló y despidió una columna de ceniza y vapor de hasta tres kilómetros de altura, afectando varias aldeas cercanas donde cientos de pobladores se vieron obligados a abandonar sus casas.

Más de 700 habitantes permanecen aún evacuados en centros de refugio en espera del aviso de las autoridades para retornar a sus hogares.

El Consejo Nacional para la Reducción y Manejo de Desastres del país, distribuyó más de seis mil máscaras antigas a los residentes de Irosin, uno de los tres poblados más afectados por las cenizas.

Mientras, el ministerio de Salud repartió nasobucos en la localidad de Bulan, donde falleció un menor de dos años de edad por un ataque de asma causado por el humo tóxico desprendido por el volcán.

Ante esa situación, el Gobierno ordenó chequear detalladamente las condiciones de las personas asentadas en las áreas alcanzadas por las explosiones del Bulusán.

Advirtió no acercarse a las zonas devastadas para evitar problemas respiratorios, afectaciones de nariz y garganta, irritación de piel entre otros padecimientos que provoca el contacto con esas sustancias volcánicas.