Estados Unidos no termina de superar la violencia de la policía contra las minorías raciales del país.

Charlotte protesta
Según un conteo del diario “Washington Post”, este año han muerto 706 personas a manos de la policía de EU, 173 de ellos de tez oscura.
Esta semana el goteo de afroamericanos muertos a manos de agentes policiales ha sido constante, y con ello han resurgido los altercados violentos y las protestas.

La madrugada del miércoles el escenario fue la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, en una batalla que acabó con 16 policías y numerosos manifestantes heridos, además de cinco detenidos.

El detonante fue la muerte de Keith Scott, un hombre afroestadounidense de 43 años y padre de siete hijos, quien fue abatido por la policía en el estacionamiento de un edificio.

La indignación, como siempre, empezó con protestas pacíficas con gritos de "Black Lives Matter" y "Hands up, don't shoot", consignas del movimiento en favor de los derechos de las minorías y contra la brutalidad policial contra ellas.

Al caer el día, con la policía armada con equipos antidisturbios disparando gases lacrimógenos y balas de goma, la noche de Charlotte se tiñó de material urbano destrozado, comercios vandalizados, vehículos policiales machacados y escenas con pequeños incendios.

Las versiones de lo sucedido en la muerte de Scott difieren. Según la policía, los agentes estaban buscando un sospechoso cuando encontraron a la víctima saliendo de un coche con un arma en la mano.

De acuerdo con el jefe policial de la ciudad, Kerr Putney, eso suponía "una amenaza" para los agentes, quienes pidieron al hombre con voz "alta y clara" que se desarmara, pero él no cumplió y murió abatido por los tiros de un policía.

Sin embargo, esa versión contrasta con evidencias y testigos. La familia asegura que él leía un libro mientras esperaba a su hijo.
No hay imágenes que demuestren lo sucedido, pero una de las hijas de Scott, Lyric, transmitió en vivo a través de Facebook Live su reacción tras el tiroteo.

"Han disparado a mi padre porque es negro", grita en una grabación de más de media hora en la que asegura que su padre estaba leyendo un libro, algo que hacía habitualmente. La alcaldesa de la ciudad, Jennifer Roberts, prometió una "Investigación total" y transparente para saber qué fue lo que en realidad pasó.

El agente que disparó, Brentley Vinson, también es afroestadounidense, lo que no disipa la problemática de la brutalidad policial y el sesgo hacia las minorías.


Comentario: En este caso, tal vez el policía no se sintió amenazado por el color de la piel de la víctima, sino por la extraña actividad que realizaba al cultivar su mente.


La escalada de las protestas se vio alimentada por la difusión, un día antes, del vídeo de la muerte de Terence Crutcher, también afroestadounidense de 40 años y padre de cuatro hijos.

Él murió el viernes pasado por el disparo de una policía blanca en la ciudad de Tulsa, Oklahoma.

Su caso fue captado por dos cámaras. En las imágenes, calificadas de "perturbadoras" por las autoridades de la ciudad, se puede ver cómo la policía dispara contra Crutcher, pese a que él tenía las manos en alto.

Su camioneta se encontraba varada en un camino tras sufrir una avería. El hombre estaba desarmado.

"[Estos actos] nos subrayan una vez más —en los términos más vívidos y dolorosos las divisiones reales que todavía persisten en nuestra nación entre las fuerzas del orden y las comunidades de color", reconoció la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, quién hizo un llamado a la calma y pidió que las protestas fuera pacíficas para no "menoscabar la justicia que se busca".

Según un conteo del diario Washington Post, este año han muerto 706 personas a manos de la policía de EU, 173 de ellos de tez oscura.