Comentario: Hoy, 20 de octubre, recordamos el asesinato brutal del líder libio Muammar Gaddafi, quien, a pesar de todo lo que escuchamos normalmente, había construido un país con estándares de vida inigualables en la región (y en muchos países llamados "democráticos"). Hoy recordamos la triste realidad en la que ha quedado sumido un país con tanta riqueza, luego de la "intervención humanitaria" de EE.UU./la OTAN. Recordamos, porque es importante ver que tal intervención estuvo lejos de ser humanitaria y sus resultados fueron devastadores. Lo recordamos honrando a las personas que perdieron sus vidas y a aquellas que aún hoy sufren las consecuencias de los crímenes perpetrados en este país.

Libia es un tétrico ejemplo de lo que significa ser receptor de una intervención de EE.UU./la OTAN. Y nos muestra lo que les gustaría hacer en Siria, pero no han logrado, gracias a la intervención de Rusia y los actuales aliados del gobierno sirio.

Recordemos, pues, porque así quizás logremos aprender de esta tragedia.



A cinco años de la guerra entre el gobierno de Muammar Al Gaddafi y los rebeldes apoyados por la OTAN, la Libia que un día tuvo el nivel de vida más alto de toda África ya no existe. Solo resta un país destruido, envuelto en una profunda crisis políticas, azotado por el terrorismo y amenazado de una nueva intervención extranjera
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destrucción Libia