El gigantesco planeta Júpiter está siendo nuevamente visible justo antes del amanecer sobre el horizonte Este.

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Júpiter desde el Telescopio Hubble de la NASA y la Estación Espacial Europea (ESA).
El quinto planeta del Sistema Solar se encuentra en la constelación de Virgo, junto a la estrella Spica, donde permanecerá hasta octubre de 2017.

Durante el mes de diciembre Júpiter emergerá cada vez más temprano y para el Año Nuevo lo hará festejando pasada la medianoche.

En la siguiente imagen se observa el planeta desde una vista del Hemisferio Sur. A la derecha y en alto del brillante planeta se pueden observar las constelaciones Cruz del Sur y Triángulo del Sur.

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Ambas pequeñas agrupaciones están envueltas por la brillante constelación Centauro, que cuenta con dos estrellas muy luminosas; Alfa Centauri y Hadar.

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En la siguiente imagen, también desde el Hemisferio Sur, se puede observar que a la izquierda de Virgo está más en alto la constelación de Leo, con la luminosa estrella Régulo.
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Sobre ambas constelaciones se extiende la larga Hydra, con las constelaciones Cráter y Cuervo.

La Luna menguante será visible en conjunción con Júpiter el 25 de noviembre, con un máximo acercamiento a las 2:47, hora UTC, y el 22 de diciembre, a las 17:37.

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Visto desde el Hemisferio Norte, Júpiter aparece a la derecha de la constelación Auriga y la brillante y gigantesca estrella Arturo.

Según los astrónomos, el gigantesco planeta además de ser visible, manda señales de radio con sonidos que le son característicos.

En la mitología, Júpiter se originó de Saturno, el poderoso rey del Olimpo, hermano de Titán e hijo menor de Urano y Tellus, el Cielo y la Tierra.

Como Saturno devoraba a sus hijos al nacer, la madre de Júpiter, Rea, lo hizo crecer en secreto. Al hacerse poderoso destronó a su padre y lo obligó a devolver a sus hermanos, Plutón y Neptuno.

Ahora los científicos creen que la historia de Júpiter y de nuestro Sistema Solar en sus orígenes, es casi como un relato de la mitología.

Se piensa que migró hacia el interior y hacia el exterior del Sistema Solar destruyendo la primera generación de planetas gigantescos. Esto generó la formación de planetas más pequeños.

Júpiter se caracteriza por una gran macha, de altas temperaturas, que revela un gigantesco temporal en su atmósfera, denominada también el Ojo de Júpiter.