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Trabajo y salud deben ir de la mano, pero no siempre es así. Según una encuesta de Randstad, seis de cada diez españoles afirman que el trabajo afecta a su salud y hasta el 60% de las bajas laborales en la Unión Europea están relacionadas con el estrés o la ansiedad generada por motivos laborales. Una situación ante la que se recomienda marcarse objetivos realistas en el trabajo, hacer ejercicio y alimentarse adecuadamente, entre otros consejos que pueden seguirse y adoptarse en el día a día.

La salud y el trabajo no tienen por qué ser términos antagónicos, aunque a veces sí lo son y determinadas situaciones hacen mella sobre la salud de los empleados. De hecho, seis de cada diez trabajadores españoles asegura que el trabajo afecta a su salud. Una situación que va en aumento, según la encuesta realizada por Randstad en la que se refleja un incremento del 6% de los casos en los que trabajo y salud no van de la mano.

Y, además, la afección es considerable. El 30% afirma que le afecta a menudo, lo que supone un 2% más sobre el año 2010, mientras que el 28% reconoce que aprecia la afección en momentos de estrés, aumentando esta situación en el 4% en relación al año pasado, y tan sólo el 21% reconoce que no le afecta en su vida diaria y otro 21% asevera que nunca tiene afecciones en este sentido.

Estos datos se explican porque, según indica Fátima del Hoyo, responsable del Departamento de Prevención de Riesgos Laborales de Randstad, "la situación económica actual ha provocado un rebrote de determinadas patologías que ya existían con anterioridad, pero que no tenían una incidencia tan elevada".

Y es que las preocupaciones laborales y el estrés generado por una posible pérdida de empleo o el temor a perder el trabajo por recortes en la plantilla están 'pasando factura' a los trabajadores, quienes están optando por reducir el absentismo general - se ha registrado un descenso del 40% de las bajas laborales en 2010 según datos de la Asociación Española de Especialistas en Medicina de Trabajo (AEEMT)- y por el 'presentismo', es decir, por estar más tiempo en la oficina, sin que ello suponga un aumento de la productividad.

Pero, además del estrés y la ansiedad, también hay otras patologías relacionadas como es el caso de la adicción al trabajo, el síndrome del quemado o dependencia del estrés o personas que necesitan contactar con el trabajo a diario.

Esta situación es similar a la de los países de la Unión Europea. De hecho, más de la mitad de las bajas de los ciudadanos comunitarios se producen por estrés, elevando este porcentaje hasta el 60% si se tienen en cuenta los datos de España. No obstante, el escenario español dista todavía del de otros estados miembros como Finlandia, que es el país más afectado y que registra el mayor índice de bajas por estrés y depresión.

Una afección que puede mermarse si se siguen una serie de recomendaciones y consejos como fijarse unos objetivos realistas en el trabajo, que deben establecerse tanto por parte del trabajador como de la empresa, dado que en general las reducciones de personal han conllevado un aumento de las tareas o labores a realizar por el resto de la plantilla.

Igualmente, desde Randstad también aconsejan priorizar las tareas que deben realizarse para comenzar por las prioritarias y las que tiene que llevarse a cabo de manera inmediata, aparte de pedir apoyo a los compañeros y superiores ante una carga elevada de trabajo, siendo conveniente mantener una comunicación fluida con los jefes o superiores para que puedan conocer el volumen de trabajo.

Otras pautas que pueden adoptarse es seguir una alimentación correcta y hacer ejercicio, puesto que la actividad física ayuda a reducir los niveles de estrés y aumenta la sensación de bienestar por la liberación de endorfinas.

Pero no sólo los trabajadores pueden establecer una serie de medidas. Las empresas también deben colaborar para que el trabajo no afecte a la salud de los empleados. Entre las pautas que pueden introducir se halla el establecimiento de canales de comunicación efectivos para hacer un seguimiento de la evolución de los trabajadores, así como la definición de los roles de cada miembro de la organización para evitar la sobrecarga de trabajo y adoptar una política adecuada de conciliación de la vida laboral y familiar porque contribuye a que el empleado pueda trabajar mejor. Finalmente, también cabe hacer un seguimiento de la enfermedad dentro de la organización de cara a prevenir futuros casos.