(España) - Una marcha hasta el Castillo de San Miguel ha denunciado el despliegue de tropas este lunes en el municipio de Celrà. El episodio se añade a otras situaciones en las que la presencia del ejército ha suscitado oposición entre la población
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Las maniobras desprecian la moción adoptada por el Parlamento el 20 de julio de 2016 Hoy lunes, 20 de febrero, un destacamento del ejército español tiene previsto realizar varias maniobras en los municipios de Celrà y Girona. Así comunicarlo a los respectivos consistorios hace una semana, obviando sus pronunciamientos contra la presencia de tropas dentro de sus términos municipales.

Mientras que el Ayuntamiento de Celrà había aprobado en noviembre de 2016 una moción por la que prohibía cualquier incursión de soldados en la localidad, la Diputación de Girona adoptó en septiembre del mismo año un texto en el que se reclama "unas comarcas gerundenses desmilitarizadas" .

En virtud de esta última iniciativa, varias entidades y partidos políticos han exigido a la alcaldesa de la capital gerundense, Marta Madrenas, que actúe como lo hace el alcalde de Celrà, que ha transmitido el Ministerio de Defensa el rechazo a cualquier tipo de desarrollo. Esta mañana, una marcha hasta el Castillo de San Miguel, entre los municipios de Celrà y Girona, ha querido mostrar el rechazo político y social a las maniobras militares. El Ayuntamiento de Celrà había aprobado una moción por la que prohibía cualquier incursión de soldados en la localidad y la Diputación de Girona adoptó un texto en el que se reclama "unas comarcas gerundenses desmilitarizadas"

La demanda de los ayuntamientos, sin embargo, ha sido menospreciada por el coronel y jefe del mando militar en Girona, Javier Muro Lalaguna, que a raíz de las diferentes mociones, aseguró que "las unidades de tierra continuarán desarrollando su trabajo en la provincia de Girona y haciendo las actividades necesarias de preparación ".

Una advertencia que ha reiterado últimamente y que va dirigida también al Ayuntamiento de Sant Climent Sescebes, que en septiembre pasado se había quejado a la subdelegación del Ministerio de Defensa por la presencia de soldados armados dentro del municipio, lo que provocó la alarma entre varios escolares, y al Ayuntamiento de Canet d'Adri, donde la presencia de tropas también motivó que el alcalde transmitiera el año pasado una misiva en la base Álvarez de Castro, sede del ejército en la zona, por la falta de información respecto al despliegue de unidades en el Valle de Llémena, cercana a la población.
La llegada al Castillo de San Miguel
© Sergi Vázquez Anguela La llegada al Castillo de San Miguel
La moción del Parlamento

Las maniobras del ejército no sólo contravienen las resoluciones aprobadas en las comarcas gerundenses. También desprecian la moción adoptada por el Parlamento de Cataluña el 20 de julio de 2016, en la que se emplaza en el gobierno de la Generalitat a "prohibir las maniobras en espacios no estrictamente militares". La moción se refiere, especialmente, al desarrollo que el ejército hace en lugares como Sant Climent Sescebes (Girona) y Talarn (Pallars Jussà), en la sierra de la Albera, o en los parques naturales de la Montaña de Montserrat y la Sierra de Collserola.
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En el caso de Collserola, la Diputación de Barcelona decidió en diciembre pasado prohibir la presencia de unidades del ejército

En el caso de Collserola, la Diputación de Barcelona decidió en diciembre pasado prohibir la presencia de unidades del ejército, que han desatado una avalancha de quejas entre las vecinas de Esplugues de Llobregat, Sant Cugat del Vallés, Cerdanyola y otros municipios del entorno. Precisamente, debido a la demora en el cumplimiento de la moción, la CUP presentó el pasado jueves alegaciones a fin efecto que se prohíba el despliegue de las fuerzas armadas en Collserola, advirtiendo que su presencia condiciona las actividades escolares, naturales y de ocio que se desarrollan. Según la candidatura, el Parque Natural debe ser un espacio para difundir los valores de la paz y los derechos humanos, lo que no representa el ejército, de quien considera que fomenta "la cultura bélica, militarista y violenta."

Una historia de resistencia

El rechazo al ejército en Cataluña ha trascendido los últimos meses, sobre todo a partir de los acuerdos tomados en las instituciones y el contexto político favorable a la soberanía del país. Pero la historia nos deja un amplio retablo de episodios en que la sociedad catalana se ha manifestado contra las estructuras militares y a favor de la cultura de la paz. Hay que recordar, entre otros, la Revuelta de las Quintas, conocida por el levantamiento popular que desencadenó en la Vila de Gracia la decisión del Gobierno de llamar a filas a los jóvenes catalanes en abril de 1870, así como, tras del franquismo, el movimiento de insumisos, que contribuyó a la abolición del servicio militar obligatorio en marzo de 2001, o la campaña "Neutralidad, OTAN no, bases fuera", decisiva para que una mayoría de catalanes votaran negativamente al entrada de España en la Alianza Atlántica en el referéndum de marzo de 1986.

Hay que recordar el movimiento de insumisos, que contribuyó a la abolición del servicio militar obligatorio en marzo de 2001, o la campaña "Neutralidad, OTAN no, bases fuera"

Igualmente, el rechazo al ejército se expresó de manera contundente cuando miles de personas participaron en el Concierto por la Paz que tuvo lugar el 27 de mayo de 2000 en Barcelona, en protesta por el desfile militar que se celebraba con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Sin olvidar las iniciativas que cada año se prohíban los desfiles de legionarios en el barrio de Sant Andreu de Barcelona y Hospitalet de Llobregat; la Fiesta del Cielo, donde intervienen aviones del ejército del aire; o la presencia de destacamentos en el Salón de la Enseñanza, ante el que la campaña Desmilitaricemos la Educación reivindica la retirada de unidades uniformadas.

Horizonte de paz

En estos momentos, el ejército español cuenta con 1.500 efectivos en el Principado, de los cuales la mayoría están alojados los cuarteles del Bruc, en Barcelona, y en las bases de Sant Climent Sescebes y la academia de suboficiales de Talarn. Desde estos emplazamientos, unidades de Tierra salen cada día para hacer maniobras con un nivel de ostentación que siempre han despertado un rechazo considerable pero que, en el actual contexto, es más elevado que nunca. No sólo en el terreno de la sociedad más activa en defensa de la paz y la solidaridad. También en el último ciclo histórico, las instituciones han posicionado abiertamente contra la militarización, sea apoyando las campañas contra el ejército, el comercio de armas o la experimentación científica con fines militares. También la reciente marcha a favor de la acogida a las personas refugiadas -como lo fueron las de rechazo a la Guerra de Irak en 2001- ha servido de termómetro para dimensionar el sentimiento antimilitarista y humanitario que se respira en muchas capas de la sociedad catalana.

En este ambiente llegan hoy el lunes las maniobras del ejército en Celrà y Girona, unas prácticas que, exclaman los respectivos alcaldes, son incompatibles con la voluntad de una sociedad que, además de libertad, exige vivir en paz.
Fuente original: https://directa.cat/rebuig-politic-social-maniobres-militars-arreu-de-catalunya