A lo largo de los últimos años Rusia ha sido testigo de varios fenómenos climáticos atípicos para las zonas templadas en las que se encuentra. ¿Con qué se explican?

Desde principios de 2017 las ciudades rusas de Moscú, Ufá y Kazán, entre otras, han sido azotadas por fuertes vientos, nevadas, tormentas e incluso tornados.
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© Sputnik/ Natalia Seliverstova

El pasado invierno el frío batió récords en el centro del país. Las temperaturas alcanzaron menos de 30 grados centígrados bajo cero en la capital, paralizando a veces las vías de transporte.

Más aún, el frío casi invernal volvió a algunas partes del país en vísperas del verano. Así, a mediados de mayo y hasta inicios de junio la capital del país experimentó bajas temperaturas e incluso precipitaciones de nieve.

Román Vilfand, director del Centro Hidrometeorológico, explicó al medio ruso Rossiiskaya Gazeta a qué se debe esta extrema variabilidad del clima que ha marcado la parte central de Rusia.

El experto comentó que los frecuentes cambios climáticos son la consecuencia del calentamiento global. Las más vulnerables a este fenómeno son las altas latitudes. Además, va disminuyendo la diferencia de temperatura entre las líneas equinocciales y los polos.


Comentario: La verdad que suena extremadamente paradójico que un verano con nieve se deba a que la temperatura global está incrementando. Existe un cambio climático real, sin embargo no se debe a el calentamiento global, los invitamos a ver:



"Puede parecer que si experimentamos un calentamiento global, la temperatura del aire también debe aumentar. No obstante, se producen diferentes procesos: los cambios ondulatorios", afirmó Vilfand.

Los principales cambios de los próximos diez años para la parte central de Rusia consisten en la creciente influencia de los vientos árticos en lugar del desplazamiento de las masas de aire de oeste a este.

"Tendremos menos temperaturas medias normales, pero más alternancias de periodos lluviosos y secos", explicó.

Asimismo, el experto agregó que es posible que los inviernos sean anormalmente cálidos y los veranos bastante fríos.

En lo que se refiere a otras regiones rusas, tampoco están a salvo de las temperaturas extremas, del calor de hasta 40 grados centígrados en partes de Siberia a las congelaciones nocturnas en la ciudad norteña de Múrmansk.