Casi un centenar de personas han resultado muertas este sábado y otras 158 heridas en un atentado en el centro de Kabul. El ataque, con una ambulancia cargada de explosivos, es el cuarto que sufre la capital afgana en el último mes y el más sangriento desde el camión bomba que en mayo del año pasado causó 150 muertos.


Comentario: Desde que esta noticia fue publicada, el portavoz del Ministerio de Salud Pública de Afganistan Wahidullah Majroh, informó que la cifra de heridos en el atentado del pasado sábado se elevó a 103 personas muertas y 235 heridas.


Los talibanes se han atribuido la matanza, al igual que hicieron con el asalto al hotel Intercontinental hace una semana.

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© MASSOUD HOSSAINI (AP) / ATLASDos hombres ayudan a uno de los heridos en el atentado que ha sacudido esta mañana el centro de Kabul.
"Los últimos datos que tenemos son de 95 muertos y 158 heridos", ha declarado Waheed Majroh, portavoz del Ministerio de Sanidad, seis horas después del atentado, citado por ToloNews. La gravedad de algunos hospitalizados hacía temer que el número de víctimas mortales siguiera aumentando.

Era poco antes de la una de la tarde local (tres horas y media antes en la España peninsular) cuando una ambulancia cargada con explosivos ha estallado en un control de la policía en el centro de Kabul, al lado de la popular Chicken Street y de varias embajadas, entre ellas la de la Unión Europea. La zona se encontraba especialmente concurrida por tratarse del descanso para el almuerzo en un día laboral para la mayoría de los afganos.

"Es una masacre", ha manifestado Dejan Panic, el coordinador en Afganistán del grupo de ayuda Emergency, que gestiona un hospital especializado en trauma cercano al lugar de la explosión. Ese centro ha recibido 131 heridos, según ha informado en su Twitter.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), por su parte, denuncia el uso de una ambulancia para perpetrar el atentado. "Podría considerarse perfidia bajo el DIH [Derecho Internacional Humanitario]. Inaceptable e injustificable", ha tuiteado su oficina en Afganistán.

Este nuevo ataque de los talibanes, cuyo asalto el hotel Intercontinental una semana antes causó al menos 22 muertos (14 de ellos extranjeros), contradice la confianza mostrada tanto por el presidente afgano, Ashraf Ghani, como por EEUU, en que una nueva estrategia militar más agresiva ha logrado echarles de los centros urbanos. Desde el pasado verano, la Administración Trump ha apostado por un aumento de los bombardeos sobre los insurgentes con el fin de inclinar la balanza hacia las fuerzas de seguridad afganas y obligar a aquellos a negociar. Los rebeldes se empeñan sin embargo en demostrar que no les han debilitado.