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El hígado de los peces, un órgano que la industria pesquera suele descartar para la comercialización, representa una fuente rica en ácidos grados poliinsaturados beneficiosos para la salud, según ha constatado un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Almería.

Según este estudio, que ha sido publicado en la Journal of Food Composition and Analysis, el hígado de boquerón es uno de los que contiene mayor cantidad de esos ácidos grasos beneficiosos, ha explicado el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) en un comunicado.

El hígado de los peces apenas se utiliza, salvo excepciones como el del bacalao, con el que se produce el conocido aceite medicinal. En general, los pescadores suelen tirar las vísceras al mar y si llegan a las factorías son una de las partes del pescado que primero se descartan, ha apuntado la plataforma científica.

Sin embargo, el estudio elaborado por la Universidad de Almería ha demostrado que estos órganos contienen compuestos que benefician la salud.

El profesor del Área de Tecnología de Alimentos de la Universidad almeriense José Luis Guil-Guerrero, investigador principal del trabajo, ha explicado que los hígados de los peces comestibles constituyen una fuente rica de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LCPUFA, por sus siglas en inglés), especialmente los de la familia del omega 3, como el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).

Estos ácidos grasos se utilizan para prevenir y tratar diversas dolencias, como algunos tipos de cáncer, la depresión, el alzheimer, la esquizofrenia, los desórdenes de conducta y las enfermedades cardiovasculares. El estudio se ha centrado en doce especies de peces de consumo común en el sureste de España, como la merluza, el marrajo, la sardina o el aligote.

Los hígados del pez araña (Trachinus draco) y del boquerón o anchoa europea (Engraulis encrasicolus) son los que presentan los contenidos más altos de este tipo de compuestos beneficiosos, con el 51,4 y el 47,9 por ciento sobre el total de ácidos grasos, respectivamente.

Además, todas las especies muestran una relación de ácidos omega-3/omega-6 "ventajosa para el consumo humano", especialmente en el caso del hígado de la bacaladilla (Micromesistiu poutasou). Sin embargo, ha lamentado el investigador, "cuando se descartan estos hígados se están despreciando todas sus propiedades nutricionales".

Además, ha añadido, su aprovechamiento también "reduciría la contaminación ambiental que supone el vertido de vísceras a las aguas, un problema inherente a la industria de transformación de productos pesqueros en zonas costeras".