
Una parte del mapa tridimensional del universo, elaborado por científicos del tercer proyecto Exploración Digital del Espacio Sloan.
Mediante el Espectroscopio Detector de Oscilación de Bariones (Baryons Oscillation Spectroscopic Survey, BOSS), el equipo del SDSS-III ha observado 14.000 cuásares, unos objetos astronómicos formados por agujeros negros gigantes que se pueden observar a miles de millones de años luz de la Tierra gracias a su gran luminosidad. La luz emitida por los cuásares, a lo largo de su recorrido hacia la Tierra, atraviesa las nubes de gas de hidrógeno intergaláctico, que la absorben a determinadas longitudes de onda. Tal como explica el investigador Jordi Miralda, «mediante este sistema podemos determinar la distribución de gas intergaláctico en el universo primitivo, y ver cómo se formaron los cúmulos y supercúmulos de galaxias a grandes escalas a partir del colapso gravitatorio».

Zoom de la zona del mapa anterior. Las áreas en rojo indican más concentración de gas i las azules, menos.
A partir de estos resultados, que se han presentado en la última reunión de la Sociedad Americana de Física, también se ha podido comprobar que el mapa obtenido por el grupo del SDSS-III concuerda bastante bien con el modelo informático diseñado por el doctorando Andreu Fuente Ribera para describir el movimiento del hidrógeno intergaláctico durante la formación de los cúmulos galácticos. «Con esta información podemos comparar el universo del pasado con el actual y saber cómo ha cambiado en este tiempo», apunta Font Ribera.