En sus observaciones del universo, el astrónomo Edwin Hubble se dio cuenta de que cuanto más lejos se encontraba una galaxia de otra, más rápido se alejaban mutuamente. Esta premisa indicaba la idea de la expansión del universo, que a su vez daría lugar a la teoría del Big Bang.

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© Nasa
Para medir con precisión el ritmo al que ocurre este fenómeno, se desarrolló el concepto de la 'constante de Hubble', uno de los parámetros fundamentales de la astronomía, cuyo valor exacto permitiría a los expertos deducir la edad real y la expansión del universo. La comunidad científica no ha determinado hasta la fecha su valor exacto, medido en millones de de kilómetros por segundo por megaparsec (Km/s/Mpc) -un megapársec equivale a unos 3 millones de años luz-. El único consenso posible es que debe de rondar entre los 50 y los 100 Km/s/Ppc.

Un nuevo estudio publicado recientemente en Astrophysical Journal acaba de añadir un nuevo motivo de controversial: la constante de Hubble podría no ser constante, y la velocidad podría incrementarse con el tiempo. Es la conclusión de una nueva medición coordinada por el astrofísico Adam Riess, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, quien en 2011 recibió el premio Nobel de Física por su descubrimiento de la energía oscura del universo.

En busca de cambios de luz

Para medir la velocidad relativa de una estrella, los astrónomos se basan en los cambios producidos en la luminosidad del astro. En concreto, analizan las denominadas "estrellas variables cefeidas', unos astros que presentan modulaciones periódicas de luminosidad extremadamente regulares. Al comparar el brillo absoluto de la estrella con el relativo (el que percibimos nosotros), es posible inferir cuán lejos está de nosotros. La comunidad científica lleva años intentando ensamblar las distintas piezas del puzle, que intentan calibrar con nuevas mediciones cada vez más precisas.

Para este estudio, los astrónomos han empleado datos del Telescopio Espacial Hubble para observar 70 estrellas variables cefeidas en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia enana, satélite de la Vía Láctea, situada a unos 160.000 años luz del sistema solar. La conclusión del equipo de investigadores cifró en unos 74.03 kilómetros por segundo por megapársec, con un margen de error del 1,9%, una medición que no casa con las realizadas sobre galaxias lejanas con datos del telescopio espacial Planck, que cifraba el valor en unos 67,4 kilómetros por segundo por megapársec.

La clave está en la energía oscura

Los científicos barajan varias hipótesis para explicar esa variación en la constante, aunque hasta la fecha ninguna de ellas ha sido probada. Una de las posibles explicaciones podría tener que ver con la energía oscura, que podría acelerar la expansión del universo en unos períodos concretos de la historia del cosmos. Otra posibilidad es que se deba a la acción de la materia oscura, una materia invisible que no está formada por protones, neutrones y electrones, de la que se calcula está hecho cerca del 80% del total del universo, o que exista algún tipo de radiación.

Sea cual sea la causa, tanto Riess y astrónomos de todo el mundo trabajan con denuedo para pulir todavía más las mediciones del Hubble, con la esperanza de que incluso una pequeña discrepancia de medición pueda aportarnos una nueva pista que nos ayude a desvelar cómo funciona el universo.