Un estudio de la Universidad de Granada constata el escaso legado genético andalusí en el antiguo Reino de Granada.
La población del antiguo Reino de Granada es similar a la del resto de España y Europa.
© Marta MorenoLa población del antiguo Reino de Granada es similar a la del resto de España y Europa.
El Reino de Granada fue el último reducto islámico en la península ibérica. Los ocho siglos de dominación musulmana supusieron un legado andalusí que se manifiesta en las costumbres, el habla o la arquitectura del sur de España, pero no en la herencia genética de la población. Derribando el mito del mestizaje, un estudio de la Universidad de Granada realizado con individuos del sur de la Península Ibérica ha descubierto que las similitudes entre su ADN y el de las poblaciones del norte de África son mínimas.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports, del grupo Nature, ha comparado los marcadores genéticos del cromosoma Y — el específico de los hombres — de la población de las Granada, Málaga y Almería con el del resto de España, Europa y el norte de África. Los investigadores de la Universidad de Granada han concluido que «es difícil identificar algún trazo del legado genético dejado por los antiguos pobladores».

Una «expulsión efectiva»

Así lo asegura la principal autora de este trabajo, María Saiz Guinaldo, del Laboratorio de Identificación Genética de la UGR, que explica este hallazgo por la «expulsión efectiva» de la población musulmana al norte de África y «a repoblación de la zona con habitantes del resto de la Península Ibérica», puesto que no dejaron más legado genético en estas provincias españolas que en otras zonas donde estuvieron mucho menos tiempo.

«Nuestros resultados revelan que ningún componente africano ha permanecido en la población del sur de la Península Ibérica, a pesar de haber estado ocupada por éstos durante 800 años», advierte María Saiz: «La presencia de haplogrupos típicamente africanos en la población de Granada, Málaga y Almería no es significativa cuando se compara con las frecuencias de éstos en poblaciones europeas, tanto mediterráneas como del norte de Europa».