Una investigación llevada a cabo por científicos japoneses descubrió que el hábito de dejar prendida una luz en la habitación a la hora de dormir puede aumentar significativamente la probabilidad de que una persona sufra de aterosclerosis, una enfermedad cardíaca que puede llevar a la muerte.
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De acuerdo con el estudio, durante el sueño, hasta mismo niveles bajos de iluminación en una habitación, como los producidos por la luna o por una farola en la calles, son suficientes para causar daños a la salud de las personas.

"Encontramos una asociación clara y significativa entre la intensidad de la luz en la habitación por la noche y la progresión de la aterosclerosis que fue independiente de los factores de riesgo conocidos, como la edad, la obesidad, el tabaquismo, el estado económico, la hipertensión y la diabetes", detalló Kenji Obayashi, coautor del estudio.

La investigación descubrió que niveles mayores de contaminación lumínica durante la noche eran directamente proporcionales a mayores tasas de aterosclerosis entre los 1.000 hombres y mujeres que sirvieron de voluntarios.

Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo la luz afecta a la salud cardíaca, una teoría sugiere que la penetración de la luz a través de los párpados reduce en el organismo la producción de melatonina, una hormona nocturna capaz de reducir la presión arterial y tratar las inflamaciones.