La Tierra ha estado sometida durante toda su historia a sucesivos impactos cósmicos que han influido en su configuración geológica y biológica, y seguirán haciéndolo en el futuro. Dichos impactos se producían más frecuentemente en el pasado que en la actualidad, e incluso ahora su frecuencia se mide en muchos miles de años.
Microtectita al microscopio
© Mike MeyerMicrotectita al microscopio
Si queremos estudiar los efectos de tales impactos cósmicos, debemos buscar rastros de esos acontecimientos, residuos dejados o producidos por esos cuerpos que chocaron contra nuestro planeta.

Para evaluar la antigüedad de uno de estos episodios, en ocasiones los científicos se valen de pistas diversas. Es el caso de una reciente investigación en una cantera del condado de Sarasota (Florida), en EE.UU., donde los investigadores, que intentaban recuperar numerosos fósiles de almeja, hallaron en el mismo lugar docenas de diminutas perlas de cristal.

El análisis de estas perlas sugiere que se trata de microtectitas, partículas que se forman cuando el impacto explosivo de un objeto extraterrestre envía residuos fundidos hacia la atmósfera, donde se enfrían y se recristalizan durante su caída de regreso a la Tierra.

Los trabajos de recuperación realizados por Mike Meyer y otros estudiantes, en 2006, en la citada cantera, mientras recogían los fósiles, permitieron descubrir las perlas cuando, al abrir las conchas fosilizadas y lavar el sedimento de su interior, quedaron al descubierto las citadas perlas. Meyer estaba en ese momento buscando otros objetos diminutos, las conchas de unos organismos unicelulares llamados foraminíferos bentónicos, cuando se dio cuenta de la presencia de unas bolitas cristalinas traslúcidas, más pequeñas que granos de sal. Parecían esferas perfectas, y aparecieron en un importante número (83).

El regalo de un impacto cósmico

Meyer conservó las esferas y tras el trabajo de campo intentó averiguar de qué se trataba, sin éxito. Se pasaron guardadas en una caja una década, hasta que en 2017 decidió empezar desde cero con ellas.

El científico analizó su composición y características físicas y las comparó con microtectitas, rocas volcánicas y ceniza de carbón. Lo que halló es que parecían de origen extraterrestre.

Ahora piensa que las microtectitas son el producto de uno o más impactos cósmicos, protagonizados por meteoritos de pequeño tamaño, que cayeron sobre la región hace mucho tiempo. Las esferas tienen trazas de metales exóticos, lo que confirma que son microtectitas. La mayoría quedaron encerradas dentro de ejemplares fósiles de Mercenaria campechiensis, la llamada almeja bola. Según los expertos, cuando las almejas mueren, el sedimento más fino y ciertas partículas van a parar a su interior. A medida que se acumula más sedimento sobre las almejas, estas se cierran, convirtiéndose en excelentes contenedores a largo plazo.

A veces se han encontrado en su interior cangrejos completos, y a veces esqueletos de peces. Ahora sabemos que también pueden encontrarse microtectitas.

Según suponen los científicos, las microtectitas debieron depositarse hace entre 2 y 3 millones de años. Entre sus particularidades está que contienen altas cantidades de sodio, algo que las diferencia de otros restos de impactos cósmicos, ya que la sal es muy volátil y suele evaporarse en la atmósfera a gran velocidad. Este alto contenido de sodio es interesante, porque sugiere que el impacto ocurrió muy cerca.