Las destructivas tormentas solares, también denominadas geomagnéticas, suelen golpear la Tierra cada 25 años, revela un nuevo estudio. Mientras tanto, tormentas menos potentes, pero aún peligrosas, ocurren cada tres años más o menos.
Sola flare
© CC BY 2.0 / NASA Goddard Space Flight Center / Rapid Fire Flaring
Un equipo de científicos de la Universidad de Warwick y el British Antarctic Survey identificó dos tipos de poderosas tormentas geomagnéticas:
  • Las "grandes supertormentas" son las más potentes y ocurren cada 25 años en promedio.
  • Unas más débiles pero aún peligrosas "supertormentas severas" ocurren cada tres años aproximadamente.
Las más potentes normalmente solo duran unos pocos días, pero aun así pueden ser muy perjudiciales para la tecnología moderna: pueden provocar fallos en equipos electrónicos, incluyendo los de comunicación, aviación, redes eléctricas y satélites.

"Las tormentas solares suponen un riesgo creciente a medida que nuestro mundo se vincula más electrónicamente", advierte la revista Science Alert.

Los satélites, según el medio, podrían ser los más vulnerables, y la sociedad moderna depende de ellos más de lo que muchos piensan. Se estima que una tormenta tan potente como la de Carrington en 1859, si ocurriera hoy, causaría daños valorados en miles de millones y posiblemente incluso billones de dólares.

"La radiación cósmica y las tormentas geomagnéticas pueden causar fallos en el funcionamiento de las naves espaciales, estropear equipos electrónicos en la Tierra, provocar la exposición a la radiación de los astronautas, pasajeros y tripulaciones de los aviones, causar fallos en los sistemas de navegación y comunicación", comentó al diario ruso RG el doctor en ciencias Físicas y matemáticas Ravil Rajmatulin, jefe del Observatorio de la Magnetosfera-Ionosfera del Instituto de Física Solar-Terrestre de la Academia Rusa de Ciencias.

Naturalmente, a muchos les preocupa cómo puede afectar una tormenta geomagnética su salud y si se debe tomar alguna medida. Pero, según Rajmatulin, no hay una opinión unánime en la comunidad científica global sobre el impacto de las tormentas magnéticas en la salud de las personas.

"A pesar de que varias publicaciones científicas han informado de que se ha detectado ese impacto, en esos estudios se suelen utilizar conceptos y métodos parcial o totalmente reconocidos como no científicos", explicó.