Una horrible escena se produjo en directo ante la atenta mirada de una profesora y los alumnos de una clase cuando Catrell Walls, como ha sido identificado el agresor, comenzó a abusar sexualmente de la menor.
Rápidamente la maestra pidió a los niños que se desconectaran de la sesión, mientras estos preguntaban repetidamente qué estaba ocurriendo, y avisó inmediatamente a la Policía.
Posteriormente el perpetrador, que se encontraba en libertad bajo fianza por un caso de armas, fue arrestado entre lágrimas con cargos por agresión sexual criminal. Asegura no saber por qué lo hizo, y aunque su abogado afirma que tiene "cierta discapacidad", eso se tendrá que demostrar.
La fiscal estatal adjunta del condado de Cook, Andreana Turano, manifestó que el detenido mostró un total desprecio por los niños y una "insensibilidad desenfrenada por la vida humana", han informado medios estadounidenses.
No es la primera vez que Walls asaltaba a la niña. Ella misma explicó que estos episodios se vienen repitiendo en el último año. En un principio, explica Turano, la víctima dijo que el agresor "solo la había pegado" y destacó que era un "secreto", aunque la maestra afirma haber visto una agresión que implicaba sexo oral.
No es la primera vez que el formato online de clases, sesiones parlamentarias y otras reuniones académicas o laborales traicionan o delatan a los usuarios. La pandemia y su consiguiente aislamiento ha dado lugar a que aplicaciones como Zoom abran toda una caja de pandora de la que han salido situaciones tan surrealistas como funcionarios que practican sexo en directo o políticas que critican duramente a sus compañeros con el micrófono abierto."La víctima reveló: 'Me hizo poner mis labios sobre (él) y esto ha sucedido antes, y no quiero que mi papá lo sepa, es un secreto''', mencionó la fiscal, citando el testimonio de la niña.
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