El fin de semana ha dejado fuertes heladas en las zonas productoras de fruta de hueso de Lleida y Huesca. Si bien las temperaturas cayeron por debajo de los 0º durante las noches del viernes, sábado y domingo, la más severa y larga fue la noche del sábado y madrugada del domingo. Las buenas expectativas que arrojaba la excelente floración de los frutales para esta campaña chocan con este primer acontecimiento meteorológico adverso en los meses previos a la cosecha.
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Los daños de estas heladas son importantes según reportan productores y organizaciones agrarias, no solo por la floración que se ha perdido en el momento, sino por los efectos que podría tener en la calidad de la fruta. Aunque todavía falta mucho para la cosecha y podrían suceder más imprevistos climáticos, los volúmenes previstos después de este acontecimiento podrían acercarse a los del año pasado -en el que bajaron alrededor del 30%-, o caer incluso por debajo.

"Si bien las heladas han recorrido en general la mayor parte de la provincia de Lleida, las zonas del norte parecen ser las más afectadas al estar más cerca de los Pirineos y más lejos del río Ebro. En el sur de Lleida hay más disparidad y mientras que hay parcelas con alta afectación, otras simplemente han recibido una especie de aclareo extra", cuenta Francesc Pena, gerente de Sat Bepa, empresa productora y exportadora ubicada en Seròs, en la comarca del Baix Segre, en Lleida.

"Las temperaturas han alcanzado mínimas de hasta -5º en algunas de nuestras zonas productoras. Ha hecho mucho frío y durante demasiadas horas y así es difícil salvar la fruta", manifiesta Pere Magrí, gerente del vivero Viversa y la empresa productora y comercializadora Tros Nou, de Almenar, en el norte de Lleida. "Entre el 80 y el 90% de nuestra producción se ha visto directamente afectada por estas heladas, que fue especialmente fuerte en la madrugada del sábado al domingo. Hemos perdido prácticamente toda la producción de albaricoques y gran parte de la de melocotón, nectarina y paraguayos", cuenta el productor y exportador. Calculo que en general, en Lleida, la producción de albaricoque puede haber sufrido ya una perdida de alrededor del 50% para la próxima cosecha, al estar en un estado fenológico más avanzado que las demás especies".

"Tengo muchos años de experiencia en el cultivo de fruta de hueso", cuenta el productor de 61 años. "Después de las heladas, parte de las flores que se han salvado pueden presentar problemas en el cuaje más adelante y por tanto verse reflejado en la calidad del fruto. Normalmente, suele seguir cayendo fruta hasta el inicio de la cosecha", indica Pere Magrí.

Las heladas en Huesca y Lérida coinciden con la semana de heladas que ha sufrido Italia, tanto en las zonas productoras de manzana y pera como las de fruta de hueso, como Emilia Romaña, cuyo calendario productivo es similar al leridano.

"Este fin de semana, los productores de Lleida han estado muy en guardia ante la previsión de heladas, que han resultado ser bastante intensas. Hay muchos agricultores que disponen de eficaces sistemas antiheladas por aspersión, por lo que confío en que esto haya podido compensar una parte de la afectación", explica Manel Simón, director de L'associació Empressarial de Fruita de Catalunya, AFRUCAT.

"Hemos recibido llamadas de agricultores reportando daños desde todas las zonas productoras de Lleida, por lo que ha sido una de las heladas más generalizadas que recordamos en toda la provincia. En las próximas dos semanas conoceremos más detalles y podremos calcular cuan severas han sido estas heladas en aquellas flores que ya había cerrado y cuajado y cómo avanza el desarrollo de la fruta. Sabemos, no obstante, que va a descender la cosecha, que este año iba a alcanzar su máximo potencial teniendo en cuenta la excelente floración", señala el representante de AFRUCAT. La cosecha de fruta de hueso empieza a mediados de junio en Lleida y se alarga hasta septiembre.

En la comarca del Bajo Cinca, provincia de Huesca, los agricultores han tenido que luchar contra las heladas, abriendo aspersores y ventiladores con el fin de minimizar los daños. En determinadas zonas de los municipios de Belver de Cinca y Fraga, los termómetros han llegado a caer hasta los -4 °C. Las variedades más afectadas son la cereza, donde ya se han visto los primeros daños a un mes de iniciarse la campaña de recogida, y también el albaricoque, según explica Óscar Moret, responsable del sector de la fruta de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragon (Uaga) .

También en la comarca zaragozana de la Comunidad de Calatayud se han activado los sistemas antiheladas de los campos de frutales, entre ellos las velas de parafina. Allí los termómetros han caído también por debajo de los cero grados, alcanzando temperaturas de hasta -3,5 °C.