Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Según un estudio finlandés, la estructura y la función de las áreas cerebrales implicadas en las emociones y su regulación están alteradas tanto en los delincuentes psicópatas como en los individuos que, por lo demás, funcionan bien y tienen rasgos de personalidad asociados a la psicopatía.
Brain basis for psychopathy
© University of Turku
La psicopatía es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por un comportamiento antisocial persistente, una empatía deteriorada y rasgos audaces, desinhibidos y egoístas. Sin embargo, rasgos antisociales similares también son comunes, aunque menos pronunciados, en personas que están bien psicológica y socialmente. Es posible que las características relacionadas con la psicopatía formen un continuo en el que sólo las características extremas conduzcan a un comportamiento violento y delictivo.

El estudio de colaboración del Turku PET Center, el Karolinska Institutet y el Hospital psiquiátrico para presos en Finlandia examinó la estructura del cerebro y su función, de prisioneros psicópatas y voluntarios sanos. La estructura cerebral se midió con imágenes de resonancia magnética. Los participantes también vieron películas violentas y no violentas mientras se monitorizaba su actividad cerebral con imágenes de resonancia magnética funcional.

"En los delincuentes psicópatas, la densidad de las áreas cerebrales implicadas en el control cognitivo y la regulación de las emociones estaban afectadas. Al ver películas violentas, estas áreas mostraron reacciones más fuertes en los psicópatas. En una amplia muestra de participantes sanos de control, los rasgos relacionados con la psicopatía se asociaron en cambios similares en la estructura y función del cerebro: Cuantas más características psicopáticas tenía una persona, más se parecía su cerebro al de los criminales psicópatas", explica el profesor Lauri Nummenmaa, del Turku PET Center, en la University of Turku, (Finlandia).


"Los cambios estructurales y funcionales en el cerebro se centraron en las áreas implicadas en las emociones y su regulación. Los cambios en la actividad y la estructura de estas áreas pueden explicar la insensibilidad y la impulsividad asociadas a la psicopatía", afirma el profesor Jari Tiihonen, del Karolinska Institutet.

"Los resultados muestran que el grado de características psicopáticas varía también en la población general. Tener un poco de rasgos relacionados con la psicopatía no causa problemas, pero para alrededor del uno por ciento de la población, la psicopatía es tan fuerte que puede conducir a un comportamiento criminal y violento", señala el psiquiatra jefe y doctor Hannu Lauerma, del Psychiatric Hospital for Prisoners in Finland.

"Estudiar a los presos es difícil, pero proporciona información fundamental sobre la neurobiología de la violencia y la agresión. Llevar a cabo este tipo de estudio no habría sido posible sin la ayuda del personal de la prisión de Turku", afirma Nummenmaa.

Los hallazgos ayudan a comprender los mecanismos biológicos que subyacen a la violencia y permiten planificar tratamientos nuevos y más eficaces contra la agresión y el comportamiento antisocial.

Los resultados se han publicado en la revista Cerebral Cortex.