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© OceanaCoral árbol amarillo en el área de prospección.
La organización ecologista Oceana presentó ayer nuevas pruebas que, a su juicio, demuestran que las prospecciones de Repsol en busca de gas a nueve kilómetros de la costa de Málaga "destruirán arrecifes mediterráneos". Fuentes de la petrolera lo niegan y esgrimen la declaración de impacto ambiental, con la que el Ministerio de Medio Ambiente dio luz verde al proyecto el 22 de junio. La multinacional subraya, además, que es sólo un sondeo y que se busca gas, no petróleo, por lo que la operación será mucho más sencilla.

Oceana no piensa lo mismo. La ONG ha enviado esta semana un robot submarino al punto exacto que Repsol pretende agujerear y ha hallado "especies protegidas" y hábitats de gran valor, como arrecifes de ostras, campos de anémonas incrustantes blancas, jardines de gorgonias y extensiones de esponjas.

En enero, el entonces vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, aseguró que "nadie va a sacar gas ni nadie va a sacar, mucho menos, petróleo en la costa andaluza; simplemente, si se autoriza, lo que se investigará es si existen ese tipo de recursos". Finalmente, el sondeo, llamado Siroco, se ha autorizado.

Si se encuentra gas, subrayan desde el Ministerio, habría que hacer una nueva declaración de impacto ambiental para ver si se puede extraer sin destrozar los fondos marinos. Con las declaraciones de Chaves, el actual Gobierno tendría difícil justificar la autorización de la perforación. El mismo día, el también ministro de Política Territorial y Administración Pública afirmó: "Nadie desde el Gobierno de la nación va a tomar una decisión que pueda afectar a uno de los recursos más importantes no sólo de la Costa del Sol y de Andalucía, sino también de España, como es el turismo".

Especies protegidas

Según Oceana, la declaración de impacto ambiental sobre el sondeo de Repsol sólo contempla la existencia en la zona de moluscos, anélidos y artrópodos, pero ignora otras especies de importancia, como la langosta, protegida por el Convenio de Barcelona, o el coral árbol amarillo, incluido en la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas (CITES).

"La actitud de Repsol y el Ministerio es escandalosa. O bien han realizado tanto la evaluación como la declaración de impacto ambiental ocultando a los ciudadanos toda esta información o bien ni tan siquiera se han molestado en acercarse a estudiar la zona que va a ser afectada", denunció ayer en un comunicado el director de investigación de Oceana Europa, el biólogo Ricardo Aguilar. La ONG critica que no se haya evaluado la biodiversidad de dos cañones submarinos cercanos al área de perforación, los de Calahonda y Fuengirola.