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Tener una actitud positiva, hacer frente a los problemas desde una óptica optimista, y buscar el lado amable de las situaciones, había sido hasta hoy, comprobado por diversos estudios, una excelente manera de evitar complicaciones cardiacas. Hoy, una nueva investigación sugiere que esta forma de vida puede además ser beneficioso al momento de proteger al cerebro de infartos, también conocidos como ictus, y derrames.

Así lo han evidenciado los investigadores de la Universidad de Michigan en un estudio observacional realizado con 6.044 adultos de unos 50 años, según lo publicado por el diario El Mundo de España.

"Los resultados sugieren que el efecto del optimismo en el ictus no es atribuible a otros factores psicológicos de riesgo para la enfermedad cardiovascular como la ansiedad, hostilidad, depresión, personalidad neurótica, pesimismo y un bajo afecto positivo", explica los autores en su estudio, que ha sido publicado en la revista Stroke.

"Investigaciones previas habían sugerido que ser pesimista o tener unas emociones positivas bajas y pasajeras estaban asociadas con un menor riesgo de ictus", sin embargo, esta es "la primera vez que se demuestra una correlación entre optimismo y este trastorno".