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El Premier de la hasta ahora muy católica Irlanda dijo ante el Parlamento que en el Vaticano rige una "cultura de elitismo y narcisismo". La Santa Sede, reaccionó llamando a consultas a su nuncio. Todo, tras publicarse un informe sobre abusos de menores por parte de sacerdotes en Cloyne.

El escándalo de los abusos sexuales a menores ha derivado en un áspero enfrentamiento diplomático sin precedentes entre el Vaticano y el gobierno de la católica República de Irlanda.

La Santa Sede comunicó el lunes que llamaba a consultas a su nuncio en Dublín, monseñor Giuseppe Leanza, días después de que el Primer Ministro irlandés, Enda Kenny, durante una intervención parlamentaria, lanzara ataques de extrema dureza contra la conducta vaticana y contra el propio Papa Benedicto XVI.

El retiro del nuncio (embajador) es sólo el primer paso de la respuesta completa que prepara el Vaticano ante la andanada del "taoiseach" (el título en gaélico del Jefe del Gobierno irlandés) la semana pasada.

Pero el viceportavoz vaticano, el padre Ciro Benedettini, ofreció ya esta semana un aperitivo sobre el estado de ánimo. Benedettini reconoció ante la prensa que llamar a consultas al representante diplomático "es una medida a la que raramente recurre la Santa Sede", lo cual "denota la seriedad de la situación, la voluntad de la Santa Sede de afrontarla con objetividad y determinación, además de una cierta sensación de sorpresa y pesar por algunas reacciones excesivas".

Informe Cloyne

La Santa Sede se sintió sin duda ofendida por el discurso de Kenny en el Dáil. Nunca antes un líder irlandés había usado palabras tan agresivas.

La intervención se produjo después de que se presentara el informe Cloyne, sobre los abusos cometidos en la diócesis del mismo nombre, en el sur del país, por 19 clérigos entre los años 1996 y 2009.

Kenny acusó al Vaticano de "quitar importancia a la tortura y violación de niños" con el objetivo de aferrarse a su poder y mantener su reputación.

Según el "taoiseach", el informe saca a luz "la disfunción, la desconexión, el elitismo y el narcisismo que dominan la cultura del Vaticano hasta hoy". Para el Primer Ministro, la posición adoptada por los máximos responsables de la Iglesia está en total oposición con la compasión y la humildad con que la institución se fundó.

Sin autocrítica

El escándalo de la pederastia en la Iglesia irlandesa ha sido especialmente doloroso para el Vaticano. Benedicto XVI, en su carta a los católicos de Irlanda, en marzo del 2010, abordó el problema en profundidad.

Se consideró un documento aplicable, en su filosofía, al conjunto de la situación de los abusos. Pero en su contenido no había autocrítica vaticana por los fallos de supervisión. Básicamente de descargaba la responsabilidad sobre los obispos irlandeses por la mala gestión de lo ocurrido.

Hubo que esperar algunos meses hasta que Benedicto XVI asumiera de manera más clara las culpas de las más altas jerarquías de la Iglesia.

Razones políticas

Kenny dijo el domingo que había recibido miles de mensajes de apoyo desde todo el mundo por sus palabras de la semana pasada ante el Parlamento.
El Primer Ministro también indicó que muchos clérigos le agradecieron que hubiera hablado tan claro.

La agresividad de Kenny, además de expresar el sentir de la opinión pública irlandesa, podría tener también razones internas. Golpear al Vaticano es una forma de descargar frustraciones por la difícil situación económica nacional.

Kenny quiere, también, distanciarse de la posición de su predecesor, Brian Cowen, que adoptó una actitud mucho más blanda ante el Vaticano.